Soy Cynthia© [AV #1]

21 | Ella.

LIAM BARRETT

—Lila. no corras por los pasillos —le grito al verla pasar por fuera mi puerta corriendo — ¡Ten cuidado en las escaleras!

Mi papá va detrás de ella con una máscara de payaso cosa que me hace poner los ojos blancos cuando la escucho gritar y supongo que él ya la atrapo.

—Tedd, no le des dulces a Lila que después me cuesta hacerla dormir —se queja mamá desde la primera planta.

En mi casa paz no se puede tener cuando estamos los cuatro, especialmente con Lila despierta teniendo esa energía infinita e infantil que carga.

Termino de arreglarme y cojo todo lo necesario para luego bajar las escaleras de dos en dos suponiendo que todos están la cocina, puesto que la voz de Lila no para de trasmitir.

Al entrar noto como mamá está preparando algo mientras papá y Lila comen, yo tomo las llaves de mi auto llamando la atención de la mujer que me dio la vida.

— ¿Para dónde vas? —cuestiona mi mamá poniendo las manos en la cadera.

—Voy a salir.

—Ah ¿Sí? No me digas —es sarcástica y papá reprime la sonrisa — ¿Para dónde, Liam?

—Mmm, iré a buscar a Cynthia y luego iremos por ahí a dar una vuelta.

— ¿Iras la casa de Cynthia? —cuestiona Lila con la boca llena de pan.

Asentí.

— ¿Es tu novia? —pregunta papá con una ceja enarcada –algo típico de él–.

Niego —No, todavía no.

— ¿Necesitas dinero o algo? —me pregunta mamá.

Vuelvo a negar.

—No, pero gracias.

—Entonces ándate antes que arrepienta de dejarte salir.

—Igual iba a salir de todos modos.

Mamá ríe.

—Esa sí que la quería ver, Liam Barrett —le sonrió y ella niega —Cuídate, por favor.

Pongo los ojos blancos a entender la referencia de ese «cuídate». Me despido de todos y salgo de casa, en menos de cinco minutos ya estoy afuera de la casa de Cynthia.

Yo: Estoy afuera.

Hace unas horas ella me había enviado un mensaje diciendo que le enviara un mensaje cuando este afuera de su casa, ya que su papá iba a estar en casa y ella no quería tener que estar dando explicaciones.

En unos minutos Cynthia aparece y lamo mis labios viéndola caminar algo nerviosa hacia mi auto. Trae el pelo suelto, unas vans decoran sus pies, tiene vaqueros grises que envuelven sus piernas y caderas que resaltan, sus pechos están tapados por una camisa de tirantes negros y trae encima una sudadera negra mal puesta, ya que me deja ver uno de sus hombros.

Suspiro algo tenso y desvió un poco la mirada cuando está a centímetros del auto. Y se me es imposible no ser tan detallistas cuando se trata de ella.

Ella sube, la observo y me sonríe escondiendo los mechones rebeldes de su pelo detrás de sus orejas.

—Hola —saluda.

— ¿No hay nada más? —le pregunto con diversión — ¿Ni un beso en la mejilla?

Ríe, pero tampoco lo hace. Así que le ofrezco mi cara mandándole la indirecta. Ella la capta y se inclina un poco presionando sus labios en mi mejilla. Relamo mis labios volviendo a echarle un vistazo y se me hace muy tierno que sus mejillas se sonrojen cuando me sonríe.