Soy Cynthia© [AV #1]

04 | Mojada.

CYNTHIA CARTER

Ya pasaron dos semanas desde que entramos a clases y como es nuestro último año para luego ir a la universidad, la siguiente semana serán los primeros exámenes del año por lo tanto debo estudiar para lograr convencer a mi padre que me deje ir al cumpleaños de Jess.

Con mi papá tenemos un trato; buenas calificaciones equivalen a permisos para salir con mis amigas.

— ¿Entonces irás a su casa? —asentí ante la pregunta de Matt.

Estas semanas nos hemos vuelto más cercanos, además de que se ha ido integrando con nosotras, es una genial persona, muy carismático y chistoso.

—Sí

— ¿Estás nerviosa? —Negué —No te gusta, entiendo. Aunque está bueno.

Reí.

—Liam Barrett —suspiré —Él es un chico guapo, pero no me gusta o sea se podría decir que me atrae —dije. —Quizás si habláramos de más cosas y de no tantas matemáticas me gustaría.

Acaricie el pelo de mi perro San Bernardo que se llama Boll. El cual está ocupando casi toda mi cama.

— ¿Es mañana? —me pregunta Matt y asentí —Podríamos ponerte más guapa de lo que eres —se encoge de hombros. —Sé que soy gay a todo loco, pero yo sé que a los hombres les gusta ver tetas, podrías usar una polera más escotada, tus senos son buenos. Me refiero a que son grandes y se ven bien.

Me mira los senos por encima de la ropa y por un minuto me sonrojo.

— ¡Matthew! Aún no llegamos a la etapa de amistad con eterna confianza —digo riendo y él vuelve a mirarme a los ojos —Solo me pondré lo que siempre he usado y listo.

—Ropa extremadamente grande —resopla — ¿Entonces irás a su casa? —vuelve a preguntar.

—Matthew sí lo vuelves a preguntar te golpearé —lo amenacé.

—Bueno, pero...

Le doy una mala mirada que lo hace sonreír con una falsa inocencia.

Después de media hora Matthew se tuvo que ir, ya que esta semana empezó a ir al gimnasio. Yo no he hecho ejercicios ni dietas desde que volvimos a clases, no me da miedo volver a engordar creo que es una etapa ya media superada, además siempre juego con Boll y es agotador.

Más tarde mi papá me llama para cenar así que paso al baño a lavarme las manos mientras que Boll me sigue a todos lados.

—Ese perro ya ni puede bajar las escaleras —comenta mi papá haciéndome reír.

—No hables mal de él, solo está un poco viejito —dije — ¿Quién es mi bebito?

Le hablé a Boll como si fuera un bebe y él me movió la cola mientras que seguía descansando al lado de la chimenea. Boll ya tenía aproximadamente unos nueve años, lo trajimos del campo y me ha acompañado todos estos años desde que mi mamá se fue.

—Thia, me tendré que ir de viaje por una semana —habla mi papá —Pero volveré antes del cumpleaños de Jessica para que me muestres tus calificaciones.

— ¿Vendrá mamá? —pregunté.

Cada vez que a mi papá le tocaba salir por trabajo y estar unos días fueras me dejaba con mi mamá o me mandaba en un vuelo con ella, a veces me cuidaba mi abuela paterna –Nina–, en realidad ella me empezó a cuidar a los quince y el año pasado a mi papá no le interesaba dejarme sola, ya que se dio cuenta de que ya me podía cuidar sola.

—No creo que sea necesario —opina y me mira — ¿Tú quieres que la llame para que venga?

Negué rápidamente —O sea opino lo mismo no creo que sea necesario —comí del pan. —Quizás ahora esté en Asia —comente con un toque de sarcasmo.