Soy Cynthia© [AV #1]

33 | Días mejores.

CYNTHIA CARTER

Habían pasado ya más de dos semanas desde el entierro de Max. Padme no había vuelto al instituto aún, al igual que Isaac, el mejor amigo de Max, del que habían salido rumores de que se iba a cambiar de instituto.

No se podía decir que Padme estaba bien. La verdad es que ¿quién lo estaba? Todos de alguna manera nos vimos afectados, incluso aquellos que no eran tan cercanos a Max.

Jess, April y yo nos habíamos encargado de ir todos los días a ver a Padme, aunque fuera complicado, ya que había días en los que no quería vernos. La comprendimos y le dimos su espacio, pero en otros aceptaba nuestra compañía y pasaba tiempo con nosotras.

Hoy es Navidad, y esta Navidad la voy a pasar con papá, Thiago y Boll solamente, puesto que Liam me dijo que vendría después de la cena. Le dije que no se preocupara, pero él no dio su brazo a torcer.

La cena transcurrió tranquila, entre conversaciones y risas. Thiago contó que le había ido increíble en su trabajo, que la paga era buena y que pronto se iría, lo que me hizo sentir melancólica porque me había acostumbrado a su compañía en algunas ocasiones.

Papá nos habló de algunos de sus casos. Desde que era pequeña, me ha gustado escucharlo, hablar sobre ellos y cómo los resolvía. Siento que tengo una afinidad por esa profesión, y tal vez algún día elija la misma carrera que él.

— ¿Y cuándo conoceré a mi nueva mamá? —pregunté, bromeando, cuando dijo que no tenía nada más que contarnos.

Thiago se rio abiertamente.

—Cynthia, por favor —se quejó papá—. Ya no pasa nada.

Hice como que le creía.

Luego comenzaron a preguntarme por mis amigas, especialmente por Padme, y les conté lo más que pude sobre cada una de ellas.

Más tarde, nos sentamos en el salón y comenzamos a intercambiar regalos. Thiago nos regaló libros, varios libros a ambos, y mi papá le regaló un traje de chef, mientras que yo le regalé utensilios de cocina. Papá me regaló un celular nuevo, y mi mamá me envió ropa desde donde sea que esté en este momento.

Liam llegó con algunas bolsas en la mano que contenían regalos.

—¿Por qué te sonrojas tanto? —dijo después de darme un tierno beso—. Sabes que vendría.

—Deja de molestarme. No es algo que pueda controlar.

Él se rio y entró.

—Sabes que me gusta ese rubor natural en tus mejillas —dijo, besándome de nuevo—. Especialmente cuando es por mí. Feliz Navidad.

—Feliz Navidad. Anda, pasa.

Liam saludó a mi padre y a Thiago y luego les entregó algunos regalos que había traído, especialmente a mi papá. Habló con ellos por un rato antes de que ambos decidieran salir y decirme que irían a saludar a conocidos, aunque eso me sonó un poco extraño.

Los dejé ir sin hacerles muchas preguntas, pero antes le dije a mi papá que Liam pasaría la noche aquí y que no hiciera comentarios incómodos.

Una vez que estuvimos solos, le di de comer y beber a Boll y luego subimos a mi habitación, donde Liam fue el primero en abrazarme.

—Te dije que me avisaras antes de salir hacia mi casa, para que estuviera pendiente cuando llegaras —me quejé, hundiéndome en su pecho.

Él rio suavemente.

—Es un trayecto corto, no pasará nada.

Besó mis labios y me abrazó con fuerza.

—Nunca se sabe.