ARMARIOS

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No puedo creer que me esté pasando esto. Los minutos en ese armario se hicieron eternos es como si llevase ahí una eternidad.
Rebecca tampoco decía nada, estaba blanca como la leche mirando por el hueco en la puerta del armario. Para romper un poco la incomodidad del silencio decidí hablar:
-es mejor no mirar. Así serán menos sesiones de terapia - le digo intentado quitarle hierro al asunto.
-¿Cómo puedes ser tan fría? - me responde a punto de romper en llanto.
- Me parece increíble que me diga eso la persona que lleva 5 años haciendome la vida imposible.
-si tan mala soy ¿qué haces aquí? - eso me dejó pensando pues es verdad que podía haber mandado a Julián aquí solo.

No respondí nada pues no tenía más ganas de fingir una conversación absurda. Los gritos de la gente de la fiesta se clavaban en mí más que los colmillos de Pablo en sus cuellos. Decidí taparme los oídos para no seguir escuchando aquel sonido espeluznante. Tras unos minutos los gritos cesaron para dar paso a un tenebroso silencio que me dió escalofríos.

Rebecca no pudo más y comenzó a llorar. Mi instinto de supervivencia me llevó a abrazarala pues Pablo podría descubrirnos si escuchaba el llanto. Yo no podía derrumbarme tenía que ser fuerte, una de las dos tenía que ser la fuerte y me había tocado a mi aunque no podía parar de pensar en Julián.
Entonces Rebecca recordó que el armario tenía un conducto de ventilación que conectaba con el armario de sus padres en la planta superior.
Quitamos la ropa que tapaba el conducto y también la rejilla. El lugar era bastante amplio aunque íbamos con mucho cuidado por no hacer ruido. Cuando llegamos al armario de los padre de rebeca le pegé una patada a la rejilla y caímos sobre unas cajas de zapatos. Antes de salir vimos que había dos personas sobre la cama y nos asustamos. Entonces me di cuenta de que trataba de Julián y Adrián. Salimos del armario y Julián estaba llorando viendo el cuerpo de Adrián. Adrián había sido de las primeras víctimas de Pablo al parecer. Pero en ese momento rebeca que aún no estaba fuera del armario comenzó a gritar. La chica que iba con Adrián resultó ser una vampira aliada de Pablo. Rebecca cogió una percha y se la clavó en el ojo dejándola malerida. Entonces julián cogió la lámpara de la mesilla y se la estampó en la cabeza. Rebecca se levantó, cogió la silla del escritorio y se la rompió en la espalda a la vampira. En ese momento tuve que pararlos pues la vampira sería una buena fuente de información para encontrar a Pablo. Cogimos el cuerpo de Adrián y lo dejamos en el suelo. Julián llorando no paraba de gritar que ahora dónde iba a encontrar unos abdominales como los suyos. Rebecca y yo lo miramos con cara de desaprobación.
Cogimos a la vampira y la atamos en la cama como a la niña del exorcista. Cuando intentó modernos le di un puñetazo y le partí un colmillo. Entonces empezó el interrogatorio.

- Empieza a contar todo si no ya sabes lo que te espera- dije como una femme fatalle de cine negro.

- ahhhh - gritaba la vampira.
-No vallas de Drácula que llevas 2 días de vampira - dijo rebeca.

Nos confesó que Pablo le prometió juventud eterna. Resultó ser una influencer del pueblo que nadie conocía. Era insoportable pero conseguimos sacarle información. Ahora sabíamos que el alcance estaba siendo controlado por Pablo con sus poderes de vampiro y se ocultaba en el sótano de la iglesia dónde hace poco habían descubierto unas termas romanas. Estábamos a punto de salir cuando vimos que Adrián se levantó convertido en vampiro. Entonces empezó a llorarle a Julián para que le perodanse y volviera con él. Julián que no puede decirle que no a nadie se pasó pronto el calentón pero yo pensé que teníamos un problema. Esto significaba que todos los de la fiesta iban a convertirse en vampiros.

Como no soy religiosa opté por la solución rápida, un bidón de gasolina del garaje de rebecca.
Rebecca cogió unas maletas con cosas antes de irse y nos fuimos dejando arder la casa.

- menos mal que mis padres estaban comparando chuches cuando vino el raro del videoclub pero espero que nos se mueran al ver la casa en llamas.
- lo siento rebeca pero no podemos correr riegos - le dije.

Julián iba en brazos de Adrián que estaba asombrado con sus poderes de vampiro. Dijo algo de ni con muchos años de gimnasio habría logrado tanta fuerza. A Julián se le caía la baba como a un niño chico.

Cuando íbamos por la calle vimos carteles del ayuntamiento convocando a la gente de forma masiva para una campaña de donación de sangre.

- El tío se quiere montar una buena sangría.

Hola chi@s espero que os haya gustado el capítulo. Perdón por no actualizar no teníamos tiempo pero ya hemos vuelto ❤️.

Atrapada con el profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora