Atrapada con el profesor

FOLLAMOS POR FIN

Me está cogiendo de la mano mientras me guía por los pasillos. Veo su tonificada espalda y me imagino lo que está debajo de ese polo azul eléctrico.

Lo que tendrá debajo de ese camisa.

Voy bajando la vista a su firme culo, me muerdo el labio.

Ni hemos empezado la actividad y ya estoy caliente.

Mira hacia atrás y me lanza una mirada lujuriosa. Me matan esos ojos azules mediterráneo.

Cómo me pilla viendo su culo me sonríe seductoramente.

Creo que se a donde vamos. A un sitio, supongo, que con colchonetas, es decir, al gimnasio.

Al llegar, me suelta la mano y enciende la luz ya que no hay ventanales en un gimnasio y eso ya es raro, pero mejor así no nos miran.

Stefano va a coger unas colchonetas para ponerlas como cama.

Miro las colchonetas y ya no puedo verlas porque ya no hay luz. Me río nerviosa.

- ¿Profesor Stefano?- Pregunto.

Él no me responde, pero oigo pasos suaves acercándose.

Siente como me rodea mi cintura con sus musculosos brazos, apoyando su polla en mi culo.

Me giro y le cojo la cara para que la baje y le beso apasionadamente. Le meto la lengua hasta la campanilla. Él no se corta y la mete también.

Paso mis brazos alrededor de su cuello y abrazo sus cintura con mis piernas para intensificar el beso. Me agarra el culo para sostenerme y lo aprieta, suelto un gemido que lo calla besándome más intenso.

De repente me baja cuidadosamente y me tiende sobre las colchonetas. Va bajando los besos por mi cuello y sus manos me aprietan las tetas, suelto un gemido ahogado.

- No te calles. Gime para mí.- Me susurra en el oído. Cómo me pone su voz ronca.

Me quito la camisa con su ayuda. Me besa por la clavícula llendo hacia mis pechos, arqueo la espalda para poder quitarme el sujetador.

Él me lo quita por los brazos y lo tira pai. Después notó sus lengua caliente sobre mis duros pezones.

- Mmm.- Gimo.

Empieza a jugar con su lengua mientras que en el otro lo manosea y tira de él. Con sus dientes lo muerde y tira de el suavemente.

Tengo ganas de tocarle por lo que le giro y me pongo con las piernas abiertas a los lado de su cintura y me siento sobre su miembro.

Muevo un poco la cintura echándome hacia delante. Le beso el cuello, mis manos recorren su perfecto torso mientras le quito el polo con su ayuda.

Una vez quitado, mis besos se dirigen a la parte de la nuez y van bajando por su pectorales, mis manos acarician sus brazos. Cada vez mis besos van bajando cada vez más hasta llegar al pantalón, le quito el cinturón rozando ambos miembros.

Él se desabrocha los pantalones y me da la vuelta quedando debajo de él.

Me desabrocha mis cortos pantalones y me los quita llevándose mi tanga. ( Con lo bonito que era el tanguilla para que lo viese, bueno así ya los tengo para otra ocasión)

Pensando en eso no me he dado cuenta de que me mete un dedo de repente y si un respingón.

- ¿Eres virgen?- Me preguntó sorprendido por el respingón que dí.

- ¿Tú me ves con pinta de ser virgen?- Le pregunto sarcástica. Se ríe de mis respuestas y mete un dedo más.

Acaricia mi clítoris con más rapidez. Siento cada vez más placer y no me puedo callar ya que me lo ha prohibido.

Estoy llegando a mi orgasmo y lo necesito dentro ya.

- No puedo más. Metemela ya.- Le dije entrecortada. Abro las piernas un poco más, espero hasta que se ponga el condón y, mete su pene, que por lo que siento tiene que ser un buen tronco.

Empieza a embestirme suave hasta que se acostumbra a mi estrechez y mueve su cadera más rápida escuchándonos gritar a los dos.

- Madre mía que buen empotrador eres.- Dije gimiendo.

- Me encanta tu estrechez. Se siente muy bien estar dentro de tí. Córrete por mí.- Me dice aunque no captó muy bien lo que dice porque estoy llegando a sentir mi orgasmo.

Él siente que nos vamos a llegar al clímax y me folla más rápido.

Yo ya veo las estrellas, ya he llegado. Y por lo caliente de él también.

Sale de mí y se tumba a mi lado y nos empezamos a reír un poco aturdidos por lo que acabamos de sentir.