Atrapada con el profesor

Santa Penélope de Calputa

Cuando llegamos al despacho , empezamos a oír voces. En un segundo apago las luces.
-¿Has visto eso Susie? -,pregunta una voz femenina. Tiene voz de maruja.
-¡Cómo voy a ver si no me traído las gafas! - le responde la que supongo que será Susie.
Me está costando mucho aguantarme la risa.
-¡Qué se ha apagado una luz! - vuelve a insistir la maruja.
-Anda que ves menos que yo.! Cómo se va a apagar una luz, si no hay nadie! - empieza a gritar Susie. Supongo que serán l las limpiadoras, ya que se oye un carrito deslizándose. Stefano tiene que taparme la boca para que no me escuchen reír. Para joderle empiezo a chuparle la mano. La aparta y pone cara de asco.
-Te gusta más que te chupe otra cosa. - Le susurro alzando las cejas.
De repente se escucha un grito.
Aunque tenga los músculos tensos, obligo a levantarme un poco para mirar y me doy cuenta de que no están cerca. Menos mal que no nos han visto, si no estaríamos en un lío y no habría escusa.
Stefano se asoma cuidadosamente al pasillo para asegurarse de que se habían ido.

Empiezo a golpear cosas y a gritar como los monos para asustar a las marujas. Stefano se queda flipando en una esquina y  las marujas empiezan a gritar.

-Susie le tenías que haber comprado la rama de romero a la gitana que ahora nos persiguen los demonios  

Las dos marujas salen corriendo a la calle, Stefano y yo aprovechamos para salir corriendo por la puerta de atrás mientras me río con la risa de foca retrasada.

Cuando salimos me voy corriendo sin despedirme de mi profesor aunque éste me estuviese llamando, todavía no me he olvidado que estoy enfadada con él.

Sin pensarlo dos veces me dirijo a casa de mi primo el cara culo para contarle todo lo que pasado paso a paso.

- ¡Juliáaan! ¡Ábreme! -  Le grito golpeando la puerta porque el puto timbre no funciona, estará follando ya que siempre desactiva el timbre cuando va a follar.  Hoy lo están jodiendo pero lo voy a joder yo a más a mi manera.

Como no contesta ni abre le tiro la maceta de mi pobre tía a la ventana de su cuarto y oigo dos gritos.

- ¿¡Quién cojones osa a perturbar mi coito!?- Grita por la ventana un muchacho desnudo.

- ¡Su prima! ¡La cual tiene más derecho a entrar que tú, así que ábreme y vete a tu puta casa.

El chico salió me miró mal y yo me reí en su cara.

Julián sale enfadado con la bata de seda azul y me tira de la camiseta para meterme, me da un golpetazo contra la pared.

- ¿Qué cojones quieres ahora?

- Chss... Tranquilo que no está el horno pa' bollos.

Me voy a la cocina y me empiezo a untar un bocadillo de crema de cacahuate.

- ¿Y que te trae por aquí a parte de gorronearme comida?

Ya se te ha olvidado por qué te he llamado antes, que parece que piensas con la polla.