Empieza la batalla

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Por fin toca el timbre del descanso y me voy a despejar un rato pues las clases han sido un aburrimiento

Estoy yo sentada en un rincón del patio de mi instituto comiendo un bocadillo. Veo que se acerca Rebecca con su grupo de amigas y me preparo para lo que se viene.

No puedo evitar dejar escapar una mirada de asco hacia todo el grupo, pues son unas estúpidas y en ese momento Rebecca abre la boca.

-Aquí está la zorra que se dedica a estudiar el cuerpo humano en sus ratos libres.

Todas las de su grupo empiezan a reír falsamente.

-Aquí está la tonta a la que se le  quema el agua haciendo café ¿ya sabes hacer hielo? - Respondo poniendo cara de tonta e imitando su voz.

Algunas de sus amigas se tienen que aguantar la risa ante mi respuesta. Veo que se tienen que calmar

No tengo ganas de peleas tontas a si que cojo mi mochila y me largo lo más lejos posible.

Suena el timbre - estoy a salvo-pienso mientras me meto en clase rápidamente.

Hoy no tengo clase con Stefano a si que es un día muy aburrido.

En clase hay un ambiente tenso, todos me lanzan miradas matadoras pero yo paso del tema, sigo fantaseando con Stefano en mi mente y haciendo dibujitos en mi cuaderno.

Acaban la clases y cuando estoy a punto de salir por la puerta alguien me pone la zancadilla. No pienso tolerar esto, me giro veo al desgraciado riendo y lo cogo por el cuello de la camiseta.

Lo levanto unos centímetros del suelo, era amigo de Rebecca el cual es obviamente gay pero no lo acepta , hasta le dijo a Julián que le gustaban las mujeres pero era mentira mientras estaban a solas en una fiesta. Era un pesado y estuvo detrás de él unas cuantas semanas.

-La próxima vez que me hagas esto te dejo estéril y le hago un favor al mundo- le digo a gritos.

El intenta escapar de su encierro y casi lo consigue porque está un poco gordito y me cuesta mantenerlo en el aire.

Veo que se acerca una profesora a si que lo dejo caer al suelo y adopto mi personalidad de buena alumna.

-¿Qué haceis todavía aquí?-pregunta la profesora con un tono de voz algo molesto.

-Nada, esque se me había olvidado una carpeta y me estaba ayudando a encontrarla- respondo con voz de modosita.

La expresión de la profesora se torna dulce, me acaricia el pelo y me responde que me de prisa.

En cuanto se va, le pego una bofetada al engendro ese y me voy al baño

Todavía está el espejo roto tras el encontronazo que tuve con Rebecca, me miro en el otro.
Estoy espantosa llevo unos días sin dormir bien. Tengo las ojeras muy marcadas y se me empiezan a marcar algunas arrugas - ¡Necesito crema! - digo mientras estiro mis arrugas.

Bueno ahora no es tiempo de pensar en eso, cuando llegue a casa me pondré unas mascarillas.

Salgo del baño y todo el instituto está vacío.

-Mierda, no puede ser- digo preocupada.

Corro hacia la salida y empujo varias veces pero la puerta está cerrada

-Otra vez no, no es posible- digo desesperada mientras le doy patadas a la puerta.

De repente noto que alguien me toca por detrás y asustada me doy la vuelta para darme cuenta de que es Stefano, está sonriente y sugeta las llaves de las puertas en su mano.

-¿Te he asustado? pregunta con picardía.

-Ya te gustaría- respondo haciéndome la dura (aunque dura espero que esté otra cosa).

-He pensado que ya que nos interrumpieron podríamos terminar lo que empezamos- dice Stefano

-¿Y qué pasa con las limpiadoras? - pregunto yo intrigada mientras comienzo a tocarle.

-Será parte de la magia, el morbo que da la posibilidad de ser descubiertos. - responde arrancándome el primer beso.

Sus labios se juntan con los míos en un apasionado beso que culmina conmigo tocando su sexo para darme cuenta de que estaba cargado.

No puedo aguantar más y le arranco la camiseta como si fuese un animal salvaje.

Lo tiro al suelo y lo someto a mis exigencias, ahora yo tengo el control de la situación. Le digo que se quite el pantalón y que comience a desabrochar mi camisa. Yo le quito el calzoncillo con la boca.

Lo levanto, lo pongo contra una pared y le agarro el culo mientras pego mi cuerpo al suyo.

El, sorprendido también me agarra mientras me come el cuello. Me coge y nos da la vuelta provocando que sea yo la que está apoyada en la pared y comienza a introducirmela suavemente al principio y el ritmo va subiendo con el paso del tiempo. Después de un rato termina y me siento llena de él.

Acabamos con unos besos húmedos y el primer asalto está concluido.

-¿Y que vas a hacer el año que viene? porque ya no queda nada de curso- le pregunto.

-Pued seguir en esta mierda de instituto. ¿Y podemos hablar de la boda del otro día?

-Mis labios están sellados sobre ese tema

-Bueno, vale. Esque el novio osea mi amigo están en depresión y le espera mucho tiempo de terapia- responde con voz comprensiva.

-Ella tampoco está muy feliz y es lo único que te voy a contestar.

Escuchamos un ruido pero no le damos importancia y seguimos a lo nuestro. La tarde promete.








Atrapada con el profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora