El poder de la corona (👑#2)

Recuerdos del pasado

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Escuchó la insistente vibración del celular tras él, sobre el lujoso escritorio de vidrio. Pero aún así, continuó fumando cigarrillo tras cigarrillo hasta que acabó con cinco. Estaba nervioso, por más que no quería admitirlo. Lilay no le había dado una respuesta e insistía en inventar cualquier excusa cuando volvía a preguntarle.

Dirá que sí. Tiene que decir que sí o sino...sino ¿qué?

Ese molesto sonido de nuevo, Wolf miró sobre su hombro y se planteó si contestar era la mejor idea, conocía a su tío, no dejaría de llamar hasta que lo hiciera.

Pero era tonto hacerlo, de todas formas, ya no estaba dispuesto a tomar el mando en Klaren, no con toda esa gente que apoyaba a su primo. El rey Ernest se equivocaba, lo que la gente amaba de Archie era su forma de ser, no todo lo material que les había dado con los años, aún a cuestas de las palizas de su padre.

Tenía el corazón noble y la generosidad que él no tenía.

Y a veces, sólo a veces, envidiaba eso de él.

Caminó hasta el celular sólo para comprobar que quien llamaba era él. Suspiró, contestó con cansancio, la imponente voz de su tío no se hizo esperar.

—Wolf—pronunció, estaba molesto—¿Dónde te habías metido?

—Estoy en Kurshen—confesó el pelinegro, frotándose los ojos con cansancio—Había estado ocupado.

—Ajá—escupió el rey—¿Tan ocupado para no contestar en seis días enteros?

—Mis prioridades cambiaron, tío—espetó, no lo veía, pero sabía que Ernest había fruncido el ceño, sonrió mientras continuaba hablando—: Ahora estoy concentrado en mi prometida...la princesa Lilay.

—¿Qué estupidez estás diciendo?—vociferó el rey, sin entender el comportamiento de su sobrino, por lo general siempre seguía sus órdenes sin rechistar—No puedes casarte con ella, arruinarías nuestros planes.

—¡Son tus planes!—exclamó, exaltándose de la nada—¡Jamás te importó lo que yo pensara!

—Te convertirías en rey de Klaren, ya hablé con tus padres al respecto.

El chico pateó una silla haciendo que cayera al suelo, despedazándose por completo.

—¡Archer será rey! ¡No puedes evitarlo! ¡Es el heredero legítimo que la gente adora!

—Me agradecerá haberle quitado la responsabilidad algún día—aseguró el rey, tratando de calmarlo—Él jamás estará listo, es demasiado suave para el puesto. Klaren caerá guiado por él.

—No es mi responsabilidad arreglar las debilidades de tu hijo—masculló—Así que mejor piensa en cómo puedes mejorarlo a él.

—¿Y entonces que harás?—gruñó el rey—¿Qué es eso que Kurshen te ofrece que Klaren no puede?

—Poder—respondió cortante, apretando con fuerza el celular—Y venganza.

Y terminó la llamada, lanzando el celular a la pared, al igual que un par de cosas que había sobre el escritorio. Sólo lo detuvo el ruido suave del golpeteo en la puerta.