—No debes sentirte obligado a nada, cielo.
—Va a bombardear Kurshen, Archie . Es decir, jamás pensé que algún día un reino entero dependiera de mí, esto es excesivo, ¿qué se supone que haga?
—Alec...
—No sirvo para esto, creo que se nota. No tengo ni idea de lo que estoy haciendo, no puedo asumir el cargo, no puedo...
—Alec —lo detuvo, tomándolo del brazo para traerlo hasta él—. Siempre me dices que debo calmarme antes de tomar cualquier decisión. Respira, por favor.
Alec bajó la cabeza y tomó un profundo respiro, las caricias del rubio en sus brazos fueron de gran ayuda.
—Bien, tienes razón —murmuró, mirándolo cuando Archie levantó su rostro suavemente—. Gracias por estar aquí, estoy entrando en pánico.
—¿En serio? No lo había notado —bromeó Archie, logrando que el castaño también sonriera un poco—. Sé que estás preocupado, es válido, no es sencillo asumir la responsabilidad por un reino entero.
—Tú lo haces ver sencillo —aseguró Alec en un suspiro—. Te he visto todos estos años, eres increíble con la gente, siempre tienes en cuenta lo que todos te dicen...
—Eso es sólo porque siempre te tengo cerca para aconsejarme —respondió el rubio, ampliando su sonrisa mientras elevaba sus manos al rostro del soldado—. Y tú siempre vas a tenerme a mí.
Archie se acercó para abrazarlo, enterneciéndose por la manera en la que Alec cedió ante sus caricias para abrazarlo con fuerza. Finalmente tranquilo.
—Era en serio lo que dije antes —susurró el castaño—. Tú eres mi fuerza, en buenos y malos momentos.
—Y tú siempre serás mi ancla, y la razón por la que sigo luchando todos los días —susurró Archie de vuelta cuando se separaron, ambos tenían amplias sonrisas—. Así que vamos a resolver esto juntos, te lo prometo.
Alec asintió, su mente trabajando rápidamente. No habló por unos segundos, tratando de ordenar sus pensamientos.
—Sé que... no hablamos de esto y no estoy muy seguro de que quieras tocar el tema pero nunca te pregunté si estabas bien con todo el asunto de... Kenzo y quien resultó ser en realidad.
Alec suspiró, alejándose para sentarse en la cama e indicarle a Archie que hiciera lo mismo.
—Fue... una sorpresa, obviamente —comenzó, sus manos comenzaron a temblar ligeramente pero Archie las tomó entre las suyas—. Estaba furioso con Lance por no decírmelo antes, incluso Gaia fue más valiente para hacerlo.
Anticipando la reacción del rubio al escuchar ese nombre, Alec comenzó a acariciar las manos de su novio.
—¿Gaia? —cuestionó Archie sin poder evitarlo, Alec sólo asintió—. ¿Ella te lo dijo? ¿Así te enteraste?
—Sí... aunque no lo creí hasta que Kenzo nos arrastró hasta el palacio y lo confirmó él mismo —siguió explicando, aunque era obvio que recordar todo lo estaba afectando demasiado. Archie se acercó para tocar su rostro y sólo así lo miró—. Estuvo días tratando de convencerme de que tenía que ayudarlo y cuando por fin aceptó que no podría...
No pudo terminar, pero no fue necesario.
—Ese suero —murmuró Archie, Alec no respondió—. Ven aquí.
El cuerpo había comenzado a dolerle pero la sensación fue rápidamente apaciguada por los brazos de Archie.
—No merecías todo lo que pasó, Alec —susurró el rubio, pasando las manos suavemente por su espalda—. No es tu culpa.
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El poder de la corona (👑#2)
Teen FictionLa guerra ha comenzado. La lucha de los reinos contra la rebelión continúa destapando verdades del pasado, revelando secretos que lo cambiarán todo. Los ataques de parte de Los Perdidos siguen debilitando la fé en la monarquía, se pide un cambio a...