En el reino de Kryzen había muerto el rey en manos de los habitantes del reino.
La gente se había levantado en armas hace tiempo, pero el monarca no había tenido precauciones pensando en que se trataba de una simple rabieta que podría ser calmada con un par de suministros del gobierno.
Aunque eso sólo avivó la llama.
Los establecimientos gubernamentales fueron atacados, asaltados y saqueados.
Las residencias más grandes de la capital ahora habían sido donadas por la gente de mayor estatus para usar como bases, refugios o zonas de reunión para la rebelión.
Se decía que el príncipe de Klaren realmente estaba vivo, algunos incluso juraban haberlo visto paseando en los bosques de Kurshen, cerca del palacio secundario junto al lago.
Pero eran sólo rumores.
Sin embargo, los soldados de Kryzen, los "Fantasmas", los habían escuchado y entre la unidad se había sembrado la incertidumbre gracias a las recientes formas de controlar a la gente del rey, que ya nadie aprobaba. La orden no venía de él, sino de Ernest Windrew que había ordenado a todos los gobernantes tomar medidas extremas en caso de ser necesario con tal de controlar a los rebeldes que ahora se levantaban en los trece reinos.
Excepto en uno.
En un pequeño rincón del bosque de Kurshen, el sonido de los pájaros y el suave murmullo del viento en las hojas iluminadas por la primera luz del día volvió el ambiente extremadamente relajante.
El joven rey de Kurshen observaba el paisaje con miles de pensamientos corriendo en su cabeza. Había despertado antes del amanecer, y apenas salió de su habitación, algunos miembros del Parlamento de Kurshen habían pedido una audiencia con él para discutir la repartición de fondos para ayudar a la gente que había sido afectada por el bombardeo hace unos días.
De nuevo, todo había sido gracias a Ernest Windrew.
Alec no sabía lo que sentía, además de una inmensa ansiedad que no lo dejaba en paz. Pensó varias veces en despertar a Archie cuando la audiencia terminó, pero lo que menos quería era preocuparlo.
No sabía qué hacer. Había pensado un par de veces en salir de su escondite y dar la cara por su reino de una vez por todas para que los bombardeos terminaran, pero todos a su alrededor seguían insistiendo en que no debía hacerlo, menos ahora que contaban con un aliado dentro de Klaren. Archie le había rogado mil veces para que esperara, que no perdiera la paciencia y destinara los fondos a la construcción de nuevos refugios para su gente por ahora.
Pronto entrarían a Klaren y recuperarían las vidas de todos a los que Ernest alguna vez había dañado.
De pronto habían pasado dos días, y la tensión ya era más que palpable en los reinos. Los grupos rebeldes por fin habían reaccionado de la peor manera, asaltando uno de los laboratorios de la capital de Klaren para liberar a los híbridos que ahí residían.
Aquellos animales mutantes se esparcieron por el reino, cobrándose la vida de cientos de inocentes cuyo único error había sido cruzarse en su camino hacia el palacio. Los grupos de choque quienes los habían liberado, les habían impuesto una única condición: matar al rey.
Y hubiera sido un propósito realista, si no hubiera sido porque el rey de Klaren, Ernest Windrew, había aumentado la seguridad del palacio, gastando los recursos que debían estar destinados a su pueblo para protegerse de las consecuencias y la furia que él mismo había provocado.
Ernest Windrew observaba el caos desde las altas ventanas de su fortaleza, su mirada dura y calculadora mientras veía cómo los híbridos causaban estragos en su reino. Sus consejeros murmuraban preocupados a su alrededor, conscientes de que su rey había desviado gran parte de los recursos para fortalecer las defensas del palacio, dejando a las ciudades y pueblos indefensos.
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El poder de la corona (👑#2)
Teen FictionLa guerra ha comenzado. La lucha de los reinos contra la rebelión continúa destapando verdades del pasado, revelando secretos que lo cambiarán todo. Los ataques de parte de Los Perdidos siguen debilitando la fé en la monarquía, se pide un cambio a...