• Labios compartidos •

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Protagonista: Sofía Odetti
Estado: Desconocidos
Nota: Acá son personas comunes y corrientes que ingresan al programa de argentina Gran Hermano
Advertencia: Ninguna

Protagonista: Sofía Odetti Estado: Desconocidos Nota: Acá son personas comunes y corrientes que ingresan al programa de argentina Gran Hermano Advertencia: Ninguna

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"Labios compartidos"

Maratón 5/5

Narrador omnisciente

Sofía Odetti y Diego Balsa fueron seleccionados para participar en el famoso programa argentino 'Gran Hermano'. Este reality show los aislaba durante varios meses con extraños, sin contacto con el mundo exterior ni celulares, únicamente en compañía de los demás participantes de la casa. Sofía, argentina, y Diego, uruguayo, ingresaron como concursantes junto a otras 16 personas en un ambiente de equidad de género."

Diego fue el quinto en entrar a la casa

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Diego fue el quinto en entrar a la casa. Antes que él, ya habían ingresado dos chicas y dos chicos. Ahora, mientras exploraban el interior de la casa, se encontraban en el jardín, observando la imponente puerta adornada y las paredes que impedían cualquier contacto con el exterior. La emoción y la curiosidad se palpaban en el aire.

De repente, la gran puerta se abrió nuevamente. Una chica bajita, de pelo negro con mechas blancas y ojos verdes, cruzó el umbral. Llevaba un vestido negro y una maleta en la mano. La atmósfera cambió inmediatamente con su llegada. Era Sofía.

Los ojos de todos los presentes se dirigieron hacia ella. Diego, que había estado conversando con uno de los chicos, levantó la mirada curioso. La nueva llegada, con su vestido negro y su porte decidido, se destacaba inmediatamente.

Sofía sonrió tímidamente, saludando con un gesto de la mano. Los demás se acercaron para presentarse. Diego fue uno de los primeros en hacerlo.

—Hola, soy Diego —dijo con una sonrisa abierta— Bienvenida.

—Hola, Diego. Soy Sofía —respondió ella, devolviéndole la sonrisa— Encantada de conocerte.

Pronto, las presentaciones y conversaciones comenzaron a fluir. Cada participante compartía su emoción y nerviosismo por la aventura que estaban a punto de comenzar. La casa, con sus amplias habitaciones y espacios comunes, se sentía grande y acogedora, pero todos sabían que con el tiempo podría convertirse en una olla de presión.

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