Mal Humor parte 2

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Al día siguiente, después de otro partido de la Kings League, el cual esta vez el equipo de Barca perdió, todos se sentían un poco desanimados, aunque sabían que todavía tenían otra oportunidad para seguir adelante. Para levantar el ánimo, Barca decidió aceptar la invitación de Fede de ir a su casa junto con Ari, Rivers, Molly y Juan.

Al llegar a la casa de Fede, cada uno se dispersó en diferentes actividades. Parce estaba sentado en un puf, jugando un videojuego con una concentración total. Ian estaba en el gimnasio, liberando un poco de la tensión acumulada, mientras que Taylor estaba en su cuarto, con la computadora y los cascos puestos, escuchando música y tratando de olvidar el mensaje que había recibido de su ex.

El mensaje de su ex había vuelto a abrir viejas heridas y, como resultado, Taylor no estaba de humor para socializar. Sin embargo, cuando Parce subió a su cuarto para avisarle de la visita, ella supo que no podía evitar a sus amigos. Se puso sus lentes de sol, se dejó los cascos puestos y bajó a la sala para saludar.

Al bajar, Taylor se encontró con el grupo de amigos disperso en la sala. Barca estaba en el sofá, charlando con Ari y Rivers, mientras Molly y Juan se reían de algo en la cocina. Taylor se acercó, saludando con un gesto de la mano y un intento de sonrisa.

Fede notó su semblante serio y se acercó a ella.

–¿Todo bien, Tay?—preguntó en voz baja.

Taylor asintió, aunque no del todo convencida.

—Sí, solo que no estoy de humor. Pero estoy bien, no te preocupes.

Fede le dio un apretón en el hombro, mostrándole su apoyo sin palabras. Luego, Taylor se dirigió a la cocina a buscar algo de beber, todavía con los cascos puestos, tratando de mantenerse en su propio mundo mientras interactuaba con los demás.

Barca la observó desde el sofá, notando que algo no estaba bien. Se levantó y se dirigió hacia la cocina, decidido a hablar con ella.

—Hey, Tay, ¿puedo hablar contigo un momento?—preguntó, tocándole suavemente el brazo para llamar su atención.

Taylor se quitó uno de los cascos y lo miró.

—Claro, Barca. ¿Qué pasa?

—No, la pregunta es, ¿qué pasa contigo? Te ves un poco... apagada—dijo Barca con preocupación—¿Hay algo que te esté molestando?

Taylor dudó por un momento, pero luego decidió confiar en él.

—Es solo que recibí un mensaje de mi ex y me afectó más de lo que esperaba. No quería arruinar la reunión, así que vine a saludar, pero no estoy realmente de humor.

Barca asintió, entendiendo.

—Lo siento, Tay. Si necesitas hablar o distraerte, estoy aquí.

Taylor agradeció su apoyo con una sonrisa débil.

—Gracias, Barca. Solo necesito un poco de tiempo para procesarlo. Pero agradezco que estés aquí.

Cuando Taylor y Barca volvieron a la sala, Taylor se dejó caer boca abajo en el puf al lado de Parce. Mientras los demás seguían conversando, Parce notó que algo seguía molestando a Taylor.

—¿Qué pasa, Tay?—susurró Parce, inclinado hacia ella.

Taylor negó levemente con la cabeza y le pasó su teléfono a Parce para que leyera los mensajes que había recibido de su ex. Mientras Parce leía, sus ojos se agrandaban y su boca se abría en sorpresa por lo que estaba viendo. Los mensajes eran hirientes y llenos de acusaciones infundadas, claramente diseñados para lastimarla.

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