Capítulo 26

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Artemisa antes de la crueldad #3

Esa noche fue un torbellino de emociones. Artemisa y Damien, unidos en una escena abrumadora de pasión, se dejaron llevar por el deseo y la entrega. Entre sonrisas y un abrazo compartido, cayeron rendidos, soñando con un futuro diferente. La imagen de una familia que uniría a los punished y los dazzling llenaba sus pensamientos con esperanza y promesas de un destino compartido.

Al amanecer, Artemisa despertó primero. Se quedó unos instantes contemplando al hombre al que se había entregado por completo. Damien dormía profundamente, su rostro perfecto irradiando una calma que pocas veces había visto. Artemisa sonrió con ternura y, inclinándose hacia él, depositó un suave beso en su frente. Con el corazón lleno de alegría, decidió bajar a la cocina para preparar el desayuno.

Con cada movimiento, los utensilios flotaban a su alrededor como en una danza mágica. Sartenes, platos y cucharas giraban en el aire mientras ella organizaba la mesa, creando una escena digna de una diosa. Mientras trabajaba, su mano se posó en su vientre, y un par de suspiros escaparon de sus labios. "El comienzo de algo maravilloso", pensó. La idea de un hijo, fruto de ambos, se materializó en su mente como una esperanza brillante.

—Las chicas hermosas deberían estar descansando... —Su voz profunda interrumpió sus pensamientos. Al mirar a su alrededor y ver los platos levitando, añadió—. Veo que te encanta impresionar.

—Tantas perspectivas llenaban mi mente, pero ahora se transforman en alegrías. La familia fortalece, evoluciona, se construye sobre los cimientos de amor y...

—Deja de ser tan poética... —Se acercó a ella, besándola en la frente—. Explícame, ¿por qué siempre hablas así? Siento que me estoy perdiendo de algo.

—Conoces mi posición. —Le devolvió un beso en los labios—. Como diosa, debo ser símbolo de esperanza y guía. Mi forma de hablar inspira y motiva, aunque al final... —rió suavemente— ...es algo a lo que me acostumbré.

—Después de escucharte tantas veces, hasta yo he empezado a contagiarme de tus expresiones. —Sus manos recorrieron el cuerpo de Artemisa, deteniéndose en un gesto atrevido mientras murmuraba—: Aunque, sinceramente, ahora tengo otras cosas en mente.

—Después de todo, vamos a ser esposos. —Le rodeó el cuello con sus brazos y susurró en su oído—: Obtén todo de mí, rey demonio. Te pertenezco.

Meses de pasión y unión.

Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses llenos de pasión incontrolable. Damien y Artemisa se sumergieron en una vorágine de deseo, con encuentros que fortalecieron no solo sus cuerpos, sino también sus almas. Con cada noche compartida, se obsesionaron con la idea de fusionarse completamente, de ser una sola entidad.

Más allá de la intimidad, comenzaron a compartir momentos cotidianos: gustos, miedos, recuerdos y sueños. Poco a poco, las diferencias que alguna vez los separaron se desvanecieron. Había un entendimiento mutuo que iba más allá de lo físico, una conexión que parecía indestructible.

Sin embargo, la vida, incluso en su mayor plenitud, siempre guarda pruebas inesperadas.

El golpe de la realidad.

Un día, en un centro médico, la peor de las noticias cayó como un rayo sobre la pareja.

—Mi diosa... —Musita —lo siento, pero no puede tener hijos. La naturaleza de su esencia divina impide cualquier posibilidad de concebir.

Las palabras resonaron en sus cabezas mientras abandonaban el lugar. Artemisa y Damien caminaron en silencio por las calles, sumidos en una tormenta de emociones. La idea de formar una familia, que tanto habían soñado, se desmoronaba.

The Art Of Artemisa (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora