『𝐅𝐞𝐝𝐞』

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Estaba tranquilamente durmiendo en mi cama súper suave que no me quería levantar, hasta que sentí que unas manos recorrían mi cuerpo, obvio me desperté rápidamente y mire a Ian enfrente de mi, el era esas manos, la verdad es que cuando lo mire y lo reconoci, deje soltar mis gemidos, ugh, eso si me avergonzaba.

—. ~A~ah~ ~I~Ian~—. Intente decirle entre gemidos, pero, al parecer, lo único que le importaba ahora, eran mis gemidos y mi forma sumisa.

—. Sigue así mi Pequeño, quiero verte gemir mi nombre así como lo estas haciendo—. Dicho esto, se subió encima mio y me comenzo a lamer el cuello.

—. ~Ngh~ ~I~an~—. Gemi por lo frío que estaba su boca, mejor dicho, su saliva, porque su boca es otra cosa.

—. Mira que tenemos acá, un lindo Omega gimiendo el nombre de un asesino—. Lo dijo en un tono seductor, dime que no lo iba a hacer, pero se acercó a mi oído—. Y ese asesino soy yo—. Me susurro, ¡hasta su aliento era frío!, odio ser Omega —. Te gusta lo malo, ¿cierto?, te gusta que te traten así.

—. ~S~si~—. ¿Pero por qué me estoy entregando a el?, osea, me quiero separar y regañarlo por hacer eso, pero, algo me lo impide, tal vez mi puto Omega interior, ugh, odio eso.

—. ¿No quieres un dueño?—. Me pregunto, y se muy bien que es un dueño, que vergüenza, ¿por qué me tuvo que preguntar eso?, ahora mi Omega si quiere un dueño, mierda, te culpa de a ti mismo Federico si mañana te duelen las caderas.

—. ~S~si quiero un du~eño~—. Le respondí agitado, ¡mierda!, me va a romper.

—. Pues entonces te lo daré, comenzaremos con lo más fácil—. Me respondió con una sonrisa y empezó a subirme la sudadera, no se si iba a ser doloroso o placeriento, posiblemente las dos, es que, ¡soy Virgen todavía!, y el me la quitara.

—. O-oye, a-antes de todo esto, quiero decir, que lo hagas gentil, no, estoy acostumbrado, es mi primera vez—. Le dije sonrojado y desvíe la mirada  ¿por qué daba tanta vergüenza decir eso?, ni idea, pero era mucha.

—. Me sorprende que alguién como tu, un príncipe con este cuerpo de arriba para abajo, siga siendo Virgen a sus 20 años de vida, pero, ¿a quién culpó?, agradezco que sea yo el primero en quitar esa inocencia de tu cuerpo—. Me respondió y acarició mi cuerpo, no se que tanto le ve, solo se que mucho.

Me quitó por completo mi sudadera dejando ver mi pecho, se acercó a mi abdomen y puso su lengua, estaba fría, subió y subió hasta llegar a mis labios en donde me depósito un beso que duró un poco de tiempo y nos separamos, me quedo viendo fijo el pecho, extrañamente, supe lo que quería hacer ese instante.

Así que se lo cumpli, agarre sus manos y me las puse en mis pechos, el hizo una sonrisa y me apretó el pecho, yo gemi por la fuerza que había utilizado, pero había sido satisfactorio, mi cuerpo se prendía y pedía más, no quería demostrarlo por vergüenza, pero sabía que el quería marcarme, y yo quería que me marcara.

También sabía que lo haría, y yo no me negaría, pero, sentía que no me iba a hacer caso y me follaría lo más duro que podía, esto me asustaba un poco a la vez que me emocionaba, no se porque, pero me emocionaba porque iba a hacer sexo por primera vez, y con alguién que si amo.

Esta vez no me obligarían a hacer algo que no quiero...

𝐌𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐅𝐚𝐥𝐥𝐢𝐝𝐚 ||𝐈𝐚𝐧𝐟𝐞𝐝/𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora