𝐌𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐅𝐚𝐥𝐥𝐢𝐝𝐚 ||𝐈𝐚𝐧𝐟𝐞𝐝/𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞||

『𝐅𝐞𝐝𝐞』

Ayer... No se si la había pasado bien o mal, pero bueno, me desperté y lo primero que vi, fue que si, estaba acurrucado en el pecho de Ian, solo me talle el ojo y después lo vi para darle un golpe suavemente en su nariz haciendo que se despertara, porque si no lo hacía, no iba a poder soltarme.

—. ¿Qué pasó?—. Me pregunto mirándome cansado, ugh, no se acostumbra a levantarse temprano.

—. Despierta ya, no seas flojo—. Respondí con una pequeña risa en mis labios, aveces era muy divertido.

—. Mgh... ¡No quiero!—. Jeje, y luego me dice que el es el más energético.

—. Iani, despiertate ya, si no te voy a dar un golpe—. Dije un poco enojado haciendo que el bufara, me soltara y bostezara dándome señal que si, porfin se había despertado—. Mira, mejor, ve a ver a tus chicos, ¿te parece?—. Le pregunte mirándolo, el asintió, siento que sin un adulto, osea el, todo, literalmente todo, es un caos.

—. Esta bien, voy a ir ahorita—. Me respondió, siento que será en una hora, así que mejor lo corro ahorita.

—. Pero ve, no te quedes ahí—. Le dije y era obvio que iba a hacer un berrinche, y si, lo hizo pero al final si lo termine corriendo quedándome solo en mi habitación.

Aun tenía sueño, ya que alguien había interrumpido este, pero bueno, decidí por dormirme un rato más, era obvio mi cansancio, pero era algo normal en mi si no puedo dormir, pero bueno, me desperté después de unas horas con un bostezo, ¿estaba al 100?, no lo se, pero si se que habían tocado mi puerta, y ya había comido.

Me acerque a esta y la abri, cabe aclarar que me había cambiado, no se, por si llega a ser un problema de tal, y si, porque el que había tocado era el hijo de puta de mi padre, aunque creo que ni merece que lo llame así, y, a su lado, traía a un hombre, con más edad que yo al parecer, no sabía que mierda quería, pero, sabía que algo no muy bueno.

—. ¿Qué mierda quieres ahora?—. Pregunte fastidiado por la frecuente visita que hacia, ya lo estaba odiando, y, creo que, ya habían pasado unas 5 horas desde que Ian se fue.

—. Deja de hablarme así—. Me respondió, se estaba enojado muy rápido, ¿culpa yo?, no tengo.

—. No lo haré, solo dime que mierda quier...—. Intente volver a preguntar, pero me interrumpió.

—. Si no quieres casarte con una chica linda y hacerme nietos, lo harás con él—. E-espera, ¿q-qué?, ¡n-no!, ¡c-claro que no!

—. ¡No lo haré!, ¡dejame en paz de una buena maldita vez!—. Dije enojado, en algo tengo razón, toda mi vida siempre es controlada por él, y, desde que me di cuenta de eso, decidí dejar de hacerlo.

—. No, así como tú, es hasta que me respetes, y si no quieres a las buenas, lo haras por las malas—. Me respondió y dejó pasar al hombre ese en mi habitación, a-alto, n-no quiero e-esto.

—. ¡S-sacalo de aquí!—. Grite algo alto con miedo, no sabía que era lo que me haría, y para nada quisiera saberlo.

—. No, este será tu castigo para que a la próxima me respetes tal y como merezco, además, yo que sepa, los putos sensibles solo sirven para preñar—. Terminó de decir y cerró la puerta, n-no, t-tengo miedo, m-mucho.

—. Hola dulzura—. M-mierda, s-solo, no se que vaya a pasar y no quiero nada.

—. ¿Q-qué quieres?—. Le pregunte de manera más directa, me molestaba que el hiciera esto.

—. ¿No te lo dejaron en claro?—. Me respondió y se empezó a acercar a mi haciendo que yo me hiciera para atrás topando con la cama y tropezandome en esta misma—. Se supone que me trajeron aquí para pasar una buena noches, y al parecer, cumplirán con mis expectativas—. ¿Q-qué?, ¡claro que no!, solo, quiero a mi protección, al verdadero amor de mi vida.

Quiero a mi Iani.