『𝐅𝐞𝐝𝐞』

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-. Señor Federico, su padre le habla-. Me dijo mi sirviente personal molestandome cuando estaba viendo las lindas estrellas del cielo

-. Ya te dije que me digas así, Monin-. Le dije volteando para mirarlo y sonreírle

-. Si, perdón, la costumbre bro-. Dijo para después reírse, después me miro y se dió cuenta de algo-. ¿Y tus pupilentes?

-. Me los quite, me estaban molestando-. Le respondi de mal humor, eso me hartaba, aparte que me lastimaban mucho

-. Pero ya sabes lo que dice tu padre, te regañara, esta familia debe tener "ojos azules"-. Me reprendió Carlangas, ¿por qué había sido el único de ojos cafeses?, nadie conocía ese secreto.

.Solo yo, mis padres, mis hermanos, y mis compadres de confianza, osea, el y mi otro sirviente.

-. Mira, a mi me vale lo que me digan, yo puedo ser libre, ¿no es así?-. Le pregunte algo enojado y con un puchero en cara, no me gustaba que me mandaran de esa forma.

-. Si, pero no me gusta que te regañen, se siente feo, si no preguntale a Yankee-. Me dijo y después de la misma puerta que entró el, entrara Alan, que yo le digo Yankee de cariño.

-. ¿De qué tanto hablan?, Fede, ya te dijeron que te habla tu padre-. Me dijo dudando un poco, no se porque, pero al igual que Álex, reaccionó igual-. ¿Dónde están tus pupilentes?-. Me volvió a preguntar mirándome de reojo.

-. Agh, ya les dije que me los quite, no me gusta tenerlos, me molestan mucho, aparte de que son un estorbo, no entiendo porque los necesito, no es un delito nacer con ojitos cafes-. Les dije desviándo la mirada y caminando por los largos pasillos del Palacio.

-. ¿Sabes que una persona puede venir sin avisar, entrar a tu habitación, y verte sin los pupilentes?-. Me dijo Yankee dándose la razón el mismo y siguiéndome

-. Lo se, pero me los puedo poner rapido-. Le respondi y seguí caminando hacía donde estaba mi padre, Yankee estaba con la Caja de pupilentes azules al lado mio Insistiendome a que me los ponga, y yo seguía sin hacer caso

-. Porfavor Fede, te regañáran ahí adentro si no ven que los tienes puestos, porfavor Fede, hazlo por nosotros, tus dos compadres-. Me volvió a repetir y pedir de rodillas, yo no tuve otra que aceptar y ponermelos para después entrar a la sala donde estaba

-. ¿Necesitas algo?-. Le dije asiendo una referencia de respeto, para luego mirarlo con cara sería.

-. Si, necesito que vayas a una entrevista, yo no podré ir, ni tu madre, estaremos ocupados haciendo una cosa importante-. Me dijo algo serio, esa "cosa" que harían, era más que claro que sexo, como siempre.

-. ¿A qué hora es la entrevista?-. Pregunte con algo de duda, tenía que hacer una cosa más importante que el sexo.

-. Es a las 5:00 de la tarde, espero que estés ahí, te veré por la televisión-. Me respondió ya calmado-. Te puedes retirar-. Me volvió a decir, yo me di la vuelta, y cuando estaba apunto de abrir la puerta de nuevo, pero el me volvió a detener con su voz gruesa igual a la de todos los días-. No olvides no quitarte los pupilentes, Federico-. Me volvió a humillar.

¡Malditos sean todos aquí!, ¡yo no tengo culpa de haber nacido en esta estúpida familia!, ojalá algún día este castillo y este país se vayan a la mierda, no los aguanto, bueno, al menos el castillo y mi familia, porque México si me cae bien, no entiendo porque siempre quieren matarnos, no los maten a ellos, matenme a mi, ya no soporto vivir aquí.

Quiero salir de esta prisión...

𝐌𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐅𝐚𝐥𝐥𝐢𝐝𝐚 ||𝐈𝐚𝐧𝐟𝐞𝐝/𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora