[2] Tres de corazones - Wizarding World

Capítulo 34: ¿Cómo dices que se cierran las cortinas?

Está cabreada con Lily. Muy cabreada. No solo les ha quitado la oportunidad de que puedan contar ellos, a su ritmo, que están juntos, si no que también les ha quitado la oportunidad de dormir juntos. Se ha molestado con la idea de dormir separados, pero es lo que tiene sentido en esos momentos, sus amigos siguen sin procesar lo que les han dicho en la habitación y... joder, no era así como tenían que pasar las cosas. Ni siquiera lo han podido hablar bien, esta noche era el momento para que lo hablasen tranquilamente y que los tres pudieran estar en la misma cama, durmiendo tranquilamente o liándose o lo que pasara.

Pero está en su cama, con las cortinas cerradas por el lado de Lily para demostrarle que está enfadada con ella y solo con ella. Ha dejado abierto el lado que da hacia Marlene y se muere de envidia porque la chica está durmiendo con su novia mientras que Rachel está mirando al techo de su cama, esperando a que le entre sueño y se quede dormida de una vez.

Por lógica, al día siguiente le duele la cabeza. Cuando baja a desayunar lo hace con Marlene y Dorcas, ignorando a Lily y se sienta junto a Nick, que parece que ha dormido tan poco como ella. No hay ni rastro de Nova, con lo que entiende que el chico va a mantener las distancias entre ellos un poco más.

—Quizá no tenía que haberle besado anoche delante de ellos, no aguanto como nos están mirando —le susurra Nick, cuando se acerca a darle un beso en la cabeza.

—Si no les gusta que no miren —le contesta y mira a sus amigos, que apartan la mirada rápidamente de ellos y empiezan a hacer como si nada.

Pero no se les da bien, claro, lo de fingir lo llevan bastante mal y Marlene y Dorcas se dan cuenta de que pasa algo, pero al menos todo deciden mantener la boca cerrada y no decir nada. Han aprendido la lección, y se nota cuando Lily baja a desayunar con Nova, lo cual sorprende a Rachel porque pensaba que Nova no iba a bajar.

—Lily se ha disculpado —les dice a ambos cuando se sienta en la mesa y Rachel pone los ojos en blanco.

—Se ha disculpado contigo —le contesta y Nick niega.

—También conmigo.

—Ah, o sea que, ¿soy la única con la que no se ha disculpado? —oh, esa pelirroja se las va a pagar. Ya puede estar devolviéndole las rondas con Nova si quiere que la perdone.

—Me ha dicho algo de que has cerrado las cortinas solo por su lado —dice Nova y coge una de las tostadas bajo la mirada de Peter—. ¿Qué pasa, Pete?

—¿Cómo?

El chico no parece superar lo que pasó la noche anterior y ninguno de los tres responden. Entre que no saben a qué se refiere —bueno, se hacen una idea— y que se niegan a explicar nada, Peter sigue intentando entender el funcionamiento de su relación cuando ni ellos mismos lo saben.

—Seguimos siendo los mismos, podéis dejar de mirar —Rachel no puede evitar regañar a Sirius y James, que al igual que Peter no deja de mirarles a los tres. Y solo porque están sentados en el mismo lado.

Bueno, quizá están algo más juntos de lo normal ahora que sus amigos lo saben porque Rachel, sentada entre ambos, no ha dudado en pegarse a Nova cuando ha aparecido y Nick la ha seguido. Además, Nick tiene la mano bajo la mesa, igual que Nova tiene una de ellas y las manos de ambos chicos están bajo la mesa, apoyadas en sus piernas, mientras se buscan constantemente.

Quizá tiene sus ventajas que ahora lo sepan, ya no tienen que esconderse, al menos no delante de ellos. Aunque lo vean raro, se acostumbrarán. Al menos, parece que lo entienden.

—Es que no entiendo como no lo hemos visto antes —dice James y Sirius asiente.

—Si ahora os miro me siento gilipollas.