Capítulo 44: ¿Ya quieres reclutar a nuestros hijos?

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No tiene ni idea de qué está haciendo. Tiene dos hijas de una semana y Rachel no tiene ni idea de qué está haciendo porque ni siquiera tienen nombre. Porque llegaron antes de lo que esperaban y las cosas con Nick van poco a poco porque sigue estando con ellos, pero La Orden sigue siendo su prioridad.

O había estado siendo su prioridad hasta que nacieron las mellizas, porque desde que nacieron había estado con ellos. O, bueno, desde que nació la pequeña, porque llegó tarde al nacimiento de la primera y solo ella y Nova la vieron antes de que los medimagos se la llevasen para revisarla.

Y ahora ella no tiene ni idea de qué está haciendo, por eso se ha subido a intentar pintar, para despejarse, pero lo único que ha conseguido es nada. El lienzo sigue en blanco, sus hijas siguen sin nombre y ella sigue sin saber qué tiene que hacer.

Podría preguntar a sus padres, a los padres de Nova, joder, si incluso se atrevería a ir a preguntar a los padres de Nick como se hace todo esto. Sabe que tiene a Lily, que tiene al pequeño Harry desde hace tres meses y Marlene y Dorcas también tienen dos pequeñas, una desde hace meses y la otra tiene solo unas semanas más que sus mellizas. Grace y Clare.

Pero ella sigue sin ser capaz de pensar en ningún nombre y no sabe si es que Nova y Nick están esperando para decir lo que hayan pensado o es que ellos están tan perdidos como ella. No, sabe que Nova está igual de perdido que ella, pero no sabe como está Nick porque no sabe como poder hablar con él. Porque, por mucho que haya vuelto a casa, Rachel no está segura de que haya sido porque quiera estar con ellos o por los bebés.

Así que sigue escondida, en la buhardilla, mirando el cuadro en blanco con los tubos de pintura cerrados a su alrededor y el pincel todavía en la mano. Ni sabe que pintar ni sabe como se hace, ¿cuánto tiempo lleva sin dibujar nada? Ni siquiera lo recuerda, quizá la última vez que pintó algo fue ese cuadro para el cumpleaños de Lily.

—Rach.

Se gira hacia la voz de Nick, que está en la puerta, sin entrar a la habitación. Se ha mantenido alejado a la vez que intentaba demostrar que estaba ahí, pero Rachel no puede olvidar cómo se fue la primera vez y, luego, la segunda. Hace meses del funeral de los padres de James y lo que más recuerda es como Nick se fue de allí. Y da igual que luego estuviera en casa, que volviera, Rachel sigue dolida por lo fácil que fue para él irse.

—¿Estás bien? —no. O sí, quién es ella para decidirlo. ¿Va a ser capaz de decidir algo más a lo largo de toda su vida?

—No sé qué pintar —es una respuesta muy estúpida, al menos ella siente que es estúpida.

—¿Puedo pasar?

Nick mantiene las distancias, a pesar de que en el cementerio Rachel llegó a pensar que lo habían arreglado. Porque podía ignorar la primera vez que se fue si volvía, de verdad que podía igual que él había ignorado como le había engañado con Nova. Pero la segunda vez no, no pudo y no puede, no después de que dijera que también era el padre de las niñas y luego se fuera.

—Sí, claro —le contesta y el chico entra, se sienta a su lado después de mover algunos tubos de pintura—. ¿Qué es lo que pasa?

—La mayor tiene hambre. Creemos. El pañal no es y se acaba de despertar de la siesta, así que tampoco puede ser sueño —Nick apoya las manos en el suelo y se echa para atrás—. Nova lo tiene controlado.

—No, ya bajo —que dependan de ella para comer tampoco está ayudando, ni siquiera sabe si están comiendo o no, parecen cada vez más pequeñas, sobre todo cuando las coge Nova.

—Lo tiene controlado, Rach, de verdad, Nova puede aguantar cinco minutos más.

—¿Y para qué quieres cinco minutos más?

[2] Tres de corazones - Wizarding WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora