Capítulo 6: Una pose apta

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La ronda es en silencio. Rachel no tiene muy claro por qué, pero Donovan no habla, y eso que ha intentado tener variedad. Ha empezado por los deberes, luego ha seguido con los exámenes —¡los TIMOS están a la vuelta de la esquina!— y ha intentado sacar también la excursión a Hogsmeade por San Valentín.

Y no es que haya querido invitarle por San Valentín al pueblo, no, no tiene nada que ver con eso, solo quiere saber si tiene planes porque ella no los tiene. Y dicho así sí que parece que le ha intentando invitar a ir con ella al pueblo durante San Valentín, como si fuera... una cita. Pero se lo va a decir a Nick, así que si Donovan llegase a decir algo vendría con ellos, ¿no? Porque no va a dejar a Nick por Donovan, no tendría ningún sentido, no son tan amigos como para hacer eso.Además, tampoco es que no tenga planes, sabe que Nick le va a decir que sí, así que en realidad sí que tiene planes.

—¿Nos vamos a pasar toda la noche en silencio, Crowan? —tiene que aclararle que no le estaba invitando a Hogsmeade antes de que todo se vuelva aún más raro, que ya es decir.

—Estoy pensando, Lightbourne, ¿sabes qué es eso? —su tono es seco, como si no quisiera que estuviera allí con ella. ¿Qué es lo que le pasa ahora cuando en las últimas rondas han estado tan bien?

—No, lo siento, soy demasiado tonta para saberlo, como me dejas claro cada vez que hablas conmigo.

Ella también sabe contestar de forma borde y sigue andando a pesar de que Donovan se queda parado en mitad del pasillo. No le entiende, nunca lo ha hecho, Donovan siempre ha sido un misterio para ella, siempre puede leer a todo el mundo, pero con él es imposible. Y eso le molesta, solo ha intentado ser su amiga, pero es imposible, la única que verdaderamente lo ha conseguido es Lily y Rachel la envidia.

—Rachel —Donovan dice su nombre y ella no puede evitar girarse para mirar al chico, que avanza hasta que se pone a su lado—. No creo que seas tonta.

—Pues deja de tratarme así.

—Tienes razón.

No se espera eso. Los ojos azules de Nova la miran fijamente y Rachel siente un escalofrío en la espalda. Nunca le ha visto mirarla así, es demasiado... intenso. Nunca se había fijado en sus ojos azules, un azul tan profundo que no parece natural. Tiene que dibujarlos, necesita dibujarle tal y como está ahora, mirándola.

—No sabía que eras capaz de darme la razón, Crowan —le tiembla la voz, no sabe que le pasa, pero los ojos de Nova empiezan a ponerla de los nervios.

—No te acostumbres, Lightbourne, esto es algo que solo pasa una vez cada cincuenta años.

—Me aseguraré de llamarte dentro de cincuenta años para que me lo vuelvas a decir.

Le ve como aguanta una sonrisa, pero ella sí que sonríe. Es complicado sacarle una sonrisa a Donovan, siempre lo ha sido, solo le ve reír con Lily y con Remus, con los que encaja a la perfección.

No les queda mucho de ronda, pero al menos ahora Donovan parece un poco más comunicativo y sí que habla de la última redacción de la profesora McGonagall y como se ha pasado diez centímetros en el pergamino.

—Espero que coja mi redacción —no parece muy preocupado por ello, pero aun así lo dice y Rachel niega.

—Oh, no, pobre Donovan, no saben si le van a coger su redacción extremadamente larga —se burla un poco de él, no puede evitarlo, es algo tan surrealista que le hace demasiada gracia—. ¿Has hecho la redacción en relación a tu altura?

—A mi longitud, más bien.

Está vez sí que le oye reír, quizá porque ella se ha puesto roja en el camino. El muy idiota pasa demasiado tiempo con Sirius últimamente porque es la única explicación a todas las insinuaciones explicitas que dice.

[2] Tres de corazones - Wizarding WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora