Capítulo 38: Estás... ¿embarazada?

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La teoría de compartir casa entre los tres es muy buena hasta que llega el momento de la mudanza. En ese momento hay más cosas a tener en cuenta como que resulta que tus padres quieren saber tanto a dónde te mudas —a pesar de que no te han hecho caso casi nunca — y con quién —aunque sea obvio que Rachel es una opción correcta—.

Así que Nick solo hace cajas, con la idea de hablar con sus padres en el último momento o no hablar de ello en absoluto, si hace falta. En realidad lo tienen todo bastante planeado, primero hablarán con los padres de Rachel, porque ellos son los que teóricamente les darán ánimos, luego con los suyos porque les van a deprimir y, por último, los de Nova, porque él sigue pensando en como se lo va a explicar a su hermana.

Nick cree que Cassie ni siquiera se va a plantear que no es posible porque sigue teniendo la inocencia de una niña de siete años, así que no cree que vaya a haber mucho problema, pero entiende por qué Nova no quiere ser ni el primero ni el último en contarlo. Además, él también todo el lío ese de ser un Selwyn y les quiere contar a sus padres que ellos ya lo saben, así que es un añadido más. No conoce lo suficiente a los Crowan como para saber cómo van a reaccionar, pero viendo el miedo con el que Nova ha vivido siempre por si se sabía quién era su familia materna, Nick tiene claro que van a llevar peor que se sepa eso a que su hijo tenga dos parejas.

Pero ahora tienen que hablar con los padres de Rachel, aunque Nick se pregunta si quizá no es mejor tener primero lo malo para que, así, lo bueno sepa mejor. Quizá deberían cambiar el orden para olvidar a sus padres cuanto antes. O, bueno, la idea de Rachel es buena, sus padres lo entenderán, así que les pueden usar como refuerzo para que los suyos les dejen en paz. Ni siquiera saben como se lo van a decir, lo han intentado hablar, pero... bueno, no encuentran la forma clara de decirlo. Sus amigos hubieran sido unos buenos sujetos de prueba si... bueno, n hubiera salido como ellos querían.

—Mis padres ya están sentados en el sofá, ¿por qué llegas tan tarde? —Rachel parece muy impaciente y no puede culparla.

—Porque los míos no querían que saliera de casa —han intentado de todo, entre muchas cosas destruir su guitarra con magia. Por suerte, Nick ya conoce los accidentes que puede haber en su casa. Antes de empezar a esconder las cosas que le regaban sus amigos ocurrieron algunos de ellos, así que ya está acostumbrado.

—¿Tengo que llevar a mis padres a que lidien con los tuyos? —Rachel levanta una ceja y Nick niega.

—Ya están cabreados porque me mudo, va a dar igual.

—¿Se lo has dicho ya? —Nova decide acercarse hacia ellos en cuanto oye eso, con el ceño fruncido, como si le pareciera mala idea y Nick asiente.

—Me están viendo hacer las cajas, creo que no queda mucho por decir a parte de lo obvio.

Bueno, más o menos, no ha sido explícito, es lo que les ha dicho, solo le han visto hacer cajas, pero es bastante obvio que se va, la verdad. Tienen la casa desde hace dos semanas, claro que ha empezado a hacer la mudanza, hay días que, cuando sale del Ministerio, no pisa la casa de sus padres porque prefiere estar en una casa vacía que allí.

—Íbamos a explicarlo juntos —Nova parece que se queja y Nick bufa, como si que luego vayan a casa de sus padres va a suponer alguna diferencia.

—Quizá con tus padres funciona, pero con los míos va dar igual.

—Con los tuyos igual, Nicholas, tenemos que demostrar que estamos unidos y...

—A mis padres no les tenemos que demostrar nada, Donovan, pueden dar gracias de que les cuente algo.

—Ah, entonces, ¿no quieres contárselo?

—Nick no ha dicho eso —Rachel parece que, por fin, se pone de su parte y Nick lo agradece porque la forma en la que Nova está reaccionando no es la lógica, no es la que esperaba de él.

[2] Tres de corazones - Wizarding WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora