El cuartel general de la Orden del Fénix se encuentra ubicado en el bajo de un bloque de apartamentos en uno de los peores barrios del Londres muggle. Para acceder no tienes que entrar al portal, solo tienes que dejarte caer hacia el cristal después de decir la contraseña de la semana.
De vez en cuando, el hechizo se debilita un poco, tardas algo más en pasar por el cristal, lo cual en el frío de enero no es algo agradable para Nova. Pero las misiones lo requieren y, la del día de hoy no es menos. Tener que reportar, de nuevo, que los mortífagos estaban intentando atacar el Callejón Diagón no son noticias nuevas, de hecho, es algo que pasa, al menos, una vez a la semana. La violencia en las calles está aumentando y, la verdad, es que ellos no llegan a todo.
Después de que la cabeza del tío de Sirius apareciera en el salón de casa de Nova, el chico les presentó la Orden del Fénix, a la cual él se había unido nada más salir de Hogwarts gracias u prima Andrómeda, que amablemente le había hablado de la Orden a la que ni ella ni su marido se habían unido porque tenían una niña que cuidar. Nova tampoco les culpaba, él se había unido porque sí que tenía gente de la que cuidar y la mejor forma de hacerlo era estando enterado de todo, porque El Profeta no decía ni la mitad de lo que pasaba y eso lo sabían gracias a Lily y Peter.
La pelirroja ya había pasado de columnista a reportera en tiempo récord y Peter la acompañaba a hacer todos esos reportajes, muchos de los cuales incluían que fuera a algunos de esos sitios donde la Orden fallaba al no llegar. Esas eran las pocas noticias que salían en El Profeta, las malas, las que hablaban de la marca tenebrosa sobre una casa y una familia asesinada. Las que hablaban de familias vivas, pero torturadas hasta el punto que estaban mejor muertas.
Si Nova no estuviera en la Orden del Fénix hubiera perdido toda esperanza de que pudieran salir de esa. No sabría que había gente luchando por todo Gran Bretaña e Irlanda, no sabría de todas esas familias a las que han ayudado, a todas esas personas que han salvado solo por aparecer en el momento justo.
Y odia atraer la atención de los mortífagos, pero siempre agradece que sean ellos los que reciben los intentos de hechizos en cuanto pisan cualquier casa, calle o callejón. Da tiempo a las víctimas a huir mientras ellos se defienden, sin descanso, intentando echar a los mortífagos o, en el mejor de los casos, dejarlos incapacitados un tiempo.
—Lo mismo de siempre, Gideon —le dice al pelirrojo que está sentado hoy en lo que han llamado recepción.
—Callejón Diagón, Potter está ayudando al resto de tiendas a recuperarse y... ¿número de mortífagos? —Gideon levanta la pluma y le señala.
—Está vez han sido tres —vuelve a bajarla para apuntarlo y luego chasquea la lengua.
—No me gusta la pinta que tiene esto, la semana pasada fueron siete.
—Parece que están cambiando de objetivo, ¿algún evento importante para las próximas semanas? —Nova se acerca hasta la mesa que han puesto allí y revisa el calendario. Se lo sabe de memoria, pero prefiere asegurarse.
—¿Del Ministerio? Los aurores no nos han informado de nada nuevo desde... ayer —Gideon le quita el calendario de las manos y lo deja de nuevo en la mesa—. Oye, estás haciendo demasiados turnos, ¿por qué no te vas a casa? Descansas un poco, que tu novia te de un masaje de hombros y tu novio uno de pies o algo así.
—Están ocupados.
—Ah, no, ya he echado a Nicholas de aquí, no puede volver durante la próxima semana, no le he dicho la contraseña —que sonría de esa forma hace que Nova suspire.
—Y a mí tampoco me la vas a decir, ¿verdad?
—Solo la sabe Rachel y así se va a quedar, para que podáis volver. Pero tomaos una semana, descansad los dos, no tenéis que cubrir los turnos de Rachel porque ella esté en San Mungo, ya hacéis suficiente. Los tres.
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[2] Tres de corazones - Wizarding World
أدب الهواةSi tuvieras que preguntar a Rachel Lightbourne cuando se empezó a plantear que Nicholas Durant podría ser algo más que un amigo no sabría darte una respuesta concreta. Balbucearía hasta que cambiase de tema y ese sería el momento en el que podrías p...