Confianza

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Han sido días difíciles, todo sucedió de golpe, resultó ser cierto que las hojas de laboratorio no estaban impresas mal, sì eran de mi hijo. Me siento estresado y cansado. Mi esposo y yo seguimos asimilando todo. Chili era un mar de lágrimas esa vez que le  cambié turno en el hospital. Me contó el mal comportamiento de Pato, le prometí que hablaríamos con él.

-Porque no comprendes nada aún, algún día se te contara todo-  Suspiro

Max sigue siendo una furia.

Hablé con mis suegros, me desahogé, les conté todo. Cómo las cosas han cambiado a partir de que llegamos al hospital, les tuve que contar la verdad a mis familiares que estaban ahí presentes ese día de la fiesta. Max no lo aprobó pero no importa nada ya.

La confianza está destruida, mi Patito no me tiene la suficiente confianza para platicar.

Intervine cuando mi esposo quería buscar a Matthew para matarlo creyó que él era el papá pero no fue así, la realidad de mi hijo es triste, se que no recuerda al tipo que lo embarazó. Siempre soñé con organizar la boda de mi hijo, soñé lo mejor para él. Me lo prometí y le falle.

-Bebé, tenemos que ser más fuertes para tu hermano y sobrino bebé-  Digo para mí mismo.

Preparo todo para ir al hospital, tengo que dejar en claro muchas cosas con Patricio, mi Pato, no es posible que haya peleado con Carlos, todos buscamos su bien, aunque no lo noté, sé que también es difícil para él en estos momentos.

Elijo varias cosas para llevar, entre ellas le llevó productos que necesita mi Patito Cuak cuak, chanclas, toalla de baño, shampoo, cepillo de dientes, jabón, pasta dental y demás. Estar en el hospital no quiere decir que deba de estar cochino. También le llevo ropa interior, tendrá la bata puesta pero nunca lo dejaría desnudo.

Llevo cosas también para mí son pocas, porque aún cambiaré cada cierto tiempo con Carlos, estamos cuidando de mi hijo, no estamos de vacaciones, tenemos permitido ir y venir. Está el hecho que también estoy gestando.
Otra problemática más a todo esto, si no estuviera embarazado podría dar el cien por ciento para mí rebelde Patito.

Me texteo  con Max, enviándole todo el tiempo cualquier cambio, él se hace el desentendido pero se que no es así, sé que en el fondo se preocupa por todos. Ahora a de estar en casa de sus padres, se que Chris y Toto se harán cargo para que se le baje el enojo a mi esposo.
Solo recuerdo la llamada que les hice a mis suegros y lo que me respondió Torger “Todo estará bien, no te preocupes, nos encargaremos del cabeza dura de nuestro hijo, cuídate mucho es muy importante ahora”, Toto visitará a Pato antes de que yo vaya por un rato. Siempre mis suegros lo han amado demasiado, creo que mi hijo lo sabe pero no lo suficiente de lo que me gustaría.

Max volvió hace un tiempo a nuestra habitación sin embargo todo es tensión, por más que intente convencerlo de que recapacitara de su comportamiento, de que se disculpara por pegarle a su propio hijo, justificó que él se lo busco.
Todos nos buscamos cosas diferentes, no nosotros por no saber cómo estar al pendiente de un adolescente y mi Pato por  tener estos padres.

-Que haremos ahora en adelante- Agarró mi cara de la frustración que siento ahora mismo.

Recuerdo

Era una hermosa mañana, nos encontramos en la cocina que es acogedora, Pato se encuentra en su silla, rodeado de juguetes se encuentran esparcidos por el suelo. Le puse un plato con trocitos de fruta y cereales para bebés. Observó como Pato con sus ojos curiosos examina lo que eligió para llevárselo a su boca en el camino se embarra su boquita.

Me saca una sonrisa.

No le gusto la textura de las frutitas, me detengo abruptamente al escuchar los baboseos  que salen de su boca. En ese momento, Pato pronuncia su primer sonido con claridad “pa,papá,papá Mass”.

Una sonrisa radiante salió de mis labios y mencionó emocionado "¡¿Has dicho 'papá Max'?! ¡Eso es maravilloso, cariño!".
Patito, ajeno al significado, sonríe ampliamente al ver la reacción tan positiva que tengo en estos momentos.
Pato aplaude tal reacción, sigue balbuceando su nueva palabra, probando los sonidos  me acerco  junto a él, acarició su cabecita con ternura, mientras Max, alertado por los vítores, entró corriendo en la cocina con una expresión de asombro y orgullo en su rostro.

“Ni porque soy yo quien te da tu grandiosa leche”Aún así estoy feliz por sus primeras palabras, que sigue que vayas al kinder, solo tienes una año de vida. Los que nos faltan.

“Algún día verás que cambia de parecer, te ama, los amo mucho amor” Max carga a Pato, para un abrazo juntos.
Celebramos este pequeño pero significativo hito en el desarrollo y crecimiento de nuestro bebé, un momento lleno de amor y conexión familiar que quedará grabado en nuestros corazones para siempre.

Actualmente

En qué momento todo se fue al carajo. La confianza se rompió pero mucho.
Me encuentro conduciendo directo al hospital y recordar esos momentos me ponen sentimental.

Solo es uno de muchos momentos que compartimos en familia. Mi familia está rompiéndose pero se que más adelante se pondrá bien, volveremos a la normalidad, incluyendo a los nuevos bebés.

Estos cambios, me entraron ganas de un antojo, creo que antes de llegar al hospital, tendré que pasar por una dona o un pastel.

-Le llevaré algo también a tu hermano, que gran idea tienes- Solamente a mi me dan estos cambios, como llegué de estar melancólico a tener ánimos para comer un antojo.

Llegó a una  pequeña pastelería acogedora,el aroma tentador de pasteles recién horneados llenan mis fosas nasales. Entró con una sonrisa iluminando mi rostro cansado pero radiante.Eso seguro.

Mis  manos acarician suavemente mi abultado pequeño  vientre.

Sé que mis ojos brillan cuando veo un pastel de chocolate, cubierto con betún brillante y adornado con conejos de chocolate. Agua la boca se me hace y aún no lo pruebo. Un antojo repentino me  impulsa a acercarme al mostrador, donde el dulce aroma del cacao me  envuelve aún más. Con gesto de mi mano , señaló el pastel, y la pastelera, con una sonrisa comprensiva, lo sacó cuidadosamente de la vitrina. Creo que es mi parte favorita.

Esto es lo mejor del embarazo exhaló suavemente, sintiendo una combinación de alivio y anticipación. Mientras la pastelera corta una generosa porción, el chocolate derretido y caliente emite un aroma seductor que llena el aire del lugar, adoro cuando puedo disfrutar de estos momentos y no vomitar como siempre, mi ranita y yo estamos de acuerdo en algo.

Me senté en una mesa junto a la ventana pero antes ordené un pedazo extra de pastel de zanahoria para Pato.
Tomó  la primera cucharada, cerrando los ojos por un momento mientras saboreo el rico sabor del chocolate.
Un sentimiento de satisfacción y tranquilidad en el aire, la tensión que llevaba desaparece mientras disfruto cada bocado, sabiendo que este pequeño  momento también alimenta mi felicidad y la de mi bebé. Tendré que llevar más para después.

Al terminar mi delicioso momento de consentir nos, vuelvo a mi carro para ir ahora si al hospital,llevo conmigo algo extra, le aviso a mi suegro que pronto llegaré, que no importa si Pato se queda solo unos minutos, hoy le haré compañía toda la noche.

Tengo que resolver y poner las cartas sobre la mesa.
Cuando llegó, observó cuidadosamente a Pato, estaba dormido, bueno se que no al cien. Entonces digo.

-Pronto recuperaremos nuestra confianza, se que me escuchas, así que cuando despiertes, disfruta la sorpresa que te traje, te amo bebé Cuak cuak -Me acerco a su cama y le depositó un beso en su frente. -Habla y resuelve las cosas con tu tío Carlos, se que no tuviste malas intenciones, lo hiciste sentir mal, discúlpate, el siempre te amará-

Me alejo y me preparo para dormir, ir y venir todos los días serán días largos pero en el futuro valdrán la pena. La confianza se arreglara.

Me prometo a mi mismo.

¿Tu propio Patito?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora