Aproximadamente hace un mes y dos semanas fue el cumpleaños de mi bebé, mi hermoso bebé que cumplió 16 años, que rápido pasa el tiempo, recuerdo cuando me enteré de su existencia, Max y yo llevábamos casados 3 años intentando tener un bebé por eso deje de trabajar, aunque también por otras cosas.
Al casarme con mi esposo sabía a lo que estaba destinado. Digamos que no estaba de acuerdo que le dejara todo a él pero mis suegros insistieron demasiado porque le tocaba a su hijo hacerse responsable de la empresa Wolff, también hay que mencionar que mis suegros se querían retirar por eso cuando les contamos del embarazo todo cambió.
Me dedico al hogar desde mi embarazo, hasta hoy, mi Pato tiene 16 años, rápido paso el tiempo, hay días que lo lamento mucho haber tomado esa decisión, la mayoría de las veces me encuentro diciéndole a Max "Si mi amor, tienes toda la razón" no importa el caso, me recuerda que es el hombre de la casa, el que debe de mantener este hogar, que su sueldo es suficiente por eso nunca más me dejó trabajar de nuevo.
Hasta hace unos meses, dónde le pregunté si podía volver a ejercer mi carrera de bienes raíces, lo pensó un rato y aceptó.
Me puse muy contento en su momento pero todo cambió, no sé cómo asimilar todo, primero mi Patito de ese viaje que sus abuelos le regalaron volvió diferente, se puede decir que radiante.
Sin embargo, de un tiempo para otro, lo noté diferente como que su luz se apagó.Después está el hecho que me encuentro muy hormonal, hubo una ocasión donde casi me pongo a llorar enfrente de mi hijo mientras me elogió como todos los días, parece que no le he prestado suficiente atención a mi bebé Cuak Cuak, también está el hecho de que he cambiado físicamente, Max me lo recordó hace unos días me dijo que me veía demacrado, me mandé a hacer unos estudios de sangre, aquí los tengo conmigo no quiero abrirlos, si sale positivo a embarazo no podré regresar a mi trabajo.
También está el hecho de que Max no quiere un bebé ahorita mismo, el señor empresario lo dejó en claro aquel día cuando fuimos a entrenar.
El día del gimnasio
Este día ha sido diferente a los demás, hoy me apure a arreglar mi casa, preparar la comida de hoy, recibí la llamada de Max avisando que comería en casa.Patricio también llamó y me avisó que se quedaría a terminar unos trabajos en la biblioteca.
Entonces al ver las circunstancias me sobró tiempo, así que bajé a nuestro gimnasio a entrenar un poco, le avisé a Max para que no me buscará por toda la casa cuando llegará.
Me dispuse a hacer de todo un poco, brazo, torso, abdomen y pierna.
Debo de mantenerme en forma para seguir teniendo una buena salud. Aparte este muñeco se tiene que ver bien.Después de 45 minutos dándole duro a mi entrenamiento, llegó Max, cuando me percaté de su presencia, me encontraba terminado de hacer resistencia en pose de lagartija, tenía que concentrarme para no resbalar y caer, sin embargo no logré mi objetivo, Max se acercó y me dio una nalgada perdí el equilibrio y caí.
-Que buen culo, amor, me gusta cuando me recibes así- Lo escuchó dar un silbido.
-Buenas tardes para ti también, Emilian- Me pongo de pie, tengo que enseñarle que me encuentro molesto ante tal comportamiento.
-Amor, sí los dos sabemos lo mucho que te gustan mis nalgadas, te ponen caliente- Sonríe el muy sínico, decido ignorarlo y continuar con mi entrenamiento. -Sabes me pondré cómodo y te acompañaré a entrenar- Lo que me faltaba, aguantar ahora a este, si me dijo que solo venía a comer porque tenía que regresar a trabajar que no se podía quedar mucho tiempo.