Papá y yo nos encontramos recostados en uno de los sofás de la casa lo que nos permiten los bebés, él me abraza y me encuentro con el corazón roto, nunca imaginé lo que aconteció hace unos días. Le cuento todo de la última vez que salí de casa, habíamos quedado Matthew y yo que saldríamos a comprar cosas para mí bebé y después fuimos al cine. Fue un día genial, hasta que regresamos a mi casa, todo se volvió un mal recuerdo.Un mal momento. Platicando le mencionó que hasta hicimos una lista para el nombre de mi bebé, no quiero volver a ese bello momento que tuvimos, momento de risas.
Las palabras de papá son reconfortantes para mí. Por más que no quiero llorar, es lo único bueno de todo esto, que me puedo desahogar con papá. Mencionó que desde que estoy embarazado no he parado con mis emociones. El llanto es el principal.
RecuerdoMatthew regresó a clases, se terminaron las vacaciones. Por obvias razones yo no podría volver al colegio,lo más seguro es que no lo termine, no me importaban las opiniones de nadie.
Cómo siempre desde que salí del hospital tenía que llevar un control para saber cómo iba con mi embarazo, vamos bien. Hoy quedamos de salir juntos, después de que termine su día de colegio, al ser los primeros días solo es la presentación, son pocas horas.
Tengo casi todo para mi bebé solo me faltan algunas cositas que yo quería para él, entonces iremos al centro comercial y al cine porque hay una película que quería ver. Entonces aprovecho, espero que no nos de sueño.
Le avisé a papá que saldría con Matt para comprar unas cositas, él solo me avisó con cuidado vaya y le avisé si algo sucedía. Estar por cumplir los 6 meses no está muy cómodo que digamos. Ya nada es fácil, hay días que quiero que vayan lentos, creo que no estoy preparado aún para el parto. Me dan escalofríos de solo pensarlo. Papá dice que no va a suceder nada malo, mi Padre solo expresó que yo lo busque.
Otra vez regresamos a la rutina, mi padre Max siempre buscará la forma de recordarme este problemita, papá solo lo regaña o eso parece. Porque nunca le gusta tener problemas con él.
Matt pasa por mi a las dos de la tarde, es una buena hora para ir y regresar. Desde que deje de ser hijo de mi padre, auto que estrene auto que se fue, así de rápido, a cierta edad puedes iniciar a conducir, se supone que es a la mayoría de edad pero cuando tus padres son "importantes" hay leyes que no importan mucho. Entonces él pasa por mi en su auto. Y decía que tener 16 años era genial, lo esperaba demasiado, suerte la mía. Odio a ese chico de Bristol.
Me concentro en lo que me va platicando mi amigo sobre lo que se habla en los pasillos del colegio, no son importantes sus críticas.
Lo único que me importa ahora mismo es llegar al bendito centro comercial, tengo unas ganas horribles de orinar. Se me reventará la vejiga si no nos apuramos.
Cuando llegamos le indico a Matt que me busque en los baños que están cercanos a la tienda de mascotas, mientras él estaciona su auto. Al pasar la emergencia nos adentramos en las tiendas. Disfrutamos el tranquilo momento, hay un gran bullicio aquí, entramos a una tienda donde vende ropa y juguetes para bebés. También hay una sección para embarazo, hay cosas de lactancia, no me imaginé todo lo que uno se encuentra miro a Matt se encuentra con cara de sorpresa, solo verlo me sonrojó porque es algo que realmente no me imaginé compartir con él, nos seguimos riendo de la penosa situación.
Nos dirigimos al área de juguetes y compramos unos cuantos peluches, entre ellos un león, tal vez sí mi padre lo ve, sabrá que es en su honor. Caminar con una mano en mi vientre ya es parte de mi, está muy abultado. Siento sus movimientos, recordando que sigue ahí.
Matt me ofrece su brazo para apoyarme, mostrando preocupación y cuidado por mi bienestar.