Cumplí 18 semanas de embarazo. Papá tiene ya 16 semanas, rápido pasa el tiempo.
Por fin me dieron de alta en el hospital. Me llevé una gran sorpresa cuando volví a mi hogar. Papá dice que fue un regalo de parte de mi padre aunque él no lo admita. Volviendo a casa, fui llevado por papá a la habitación donde se supone que sería para mí hermanito o hermanita. Grande fue mi sorpresa al descubrir que habían dos cunas para los bebés. Toda la habitación estaba terminada, no me lo puedo creer aún.
Recuerdo
Llegar a casa es lo mejor que me ha pasado, después del incidente, todo mejora. Mi pancita está creciendo ahora sí a lo que debería. Está el hecho que también sentí el primer movimiento de mi propio Patito. Fue increíble. Regresar a casa me pone de buen humor, papá me dijo que me tiene un regalo, pronto podré subir a ver qué tiene. Observo mi casa y todo está cambiando poco a poco, se ve que será adaptada para los nuevos integrantes.
Papá se ve más radiante que nunca, de verdad que sí se mantuvo al cuidado. Lo importante es que no se descuidó durante estás semanas que estuvo conmigo en el hospital.
Me avisó que podía subir a ver, me esperaba frente a la puerta de la habitación que sería de mi hermanito o hermanita.Al llegar y abrir me quedé sorprendido.
La habitación está decorada con tonos suaves y neutros, las paredes están pintadas con un color crema cálido que aporta una calidez al ambiente. En el centro de la habitación hay dos cunas individuales idénticas con sábanas a juego. Entre cunas hay un cambiador para los dos bebés.Hay dos estanterías para peluches y juguetes.El espacio está iluminado por una ventana grande con cortinas opacas para regular la luz natural y asegurar un ambiente de descanso adecuado. También hay dos mecedoras para ahí mismo alimentar o dormir a los bebés, todo es muy bonito.
Papá se inclina con cuidado sobre la cuna, ajustando las sábanas y acomodando los peluches de manera precisa. Su rostro refleja una mezcla de concentración y ternura mientras intenta dejar todo perfecto para sus pequeños. Que bien suena eso, aunque uno será mío sigo sin creerme lo.
Mientras tanto, me acerco al cambiador para organizarlo, aunque ya está organizando doblada meticulosamente la ropa y hay pañales en sus respectivos lugares.
-Tu Padre lo hizo, yo no podría hacerlo, más si tenía que ir y venir-Papá está feliz, contento.
Cada gesto está impregnado de amor y anticipación, mezclado con un toque de nerviosismo y alegría contenida. Quién lo hubiera imaginado.
Finalmente, los dos nos tomamos de la mano y damos un paso atrás, observando la habitación con satisfacción. El espacio está lleno de promesas y sueños para nuestros bebés, reflejando no solo la preparación material, sino también el profundo amor y la dedicación que hay en el lugar. Me alegro demasiado.
Actualidad
Estoy en mi habitación, me miró al espejo y veo lo abultado que se puso mi vientre, el doctor me dijo que no me asustara si de repente un día salía y se notaba más. Estoy muy feliz.
Papá quiere organizar una fiesta para cuando cumpla los 5 meses de embarazo, la famosa revelación de género, el tendrá 18 semanas y yo 20, entonces en ese entonces ya se podrá saber el sexo de ambos bebés pero ya le dije que quiero que sea sorpresa, sigo sintiendo que es niño. Algo me lo dice.
Hoy me encuentro solo con mi padre, papá salió, últimamente está haciendo más compras, sale con unos amigos y obviamente mi tío, él está muy emocionado ahora que todo ya se aclaró,en algún momento será hora del almuerzo, aún no nos dirigimos la palabra. Sé que está el personal pero aún así está tenso el ambiente. Mis pensamientos me llevan a otro momento. Ese día del café.
Recuerdo
Es muy emocionante estar en Bristol, es una ciudad muy bonita.
Mis ojos se llenan de asombro al caminar por las calles. La impotente catedral es majestuosa.El cielo está nublado pero no quiere decir mal augurio. Continuo con mi caminata, llevo conmigo una cámara fotográfica, le tomo foto a todo lo bello que veo. Mientras voy avanzando descubro el bello puerto, hay barcos antiguos todo lo capturo con mi vista.Veo un gran barco tiene mucha historia. El bullicio de los mercados callejeros añade un toque de vitalidad mientras saboreo mi primer pastel de Cornualles, sabiendo que este es solo el comienzo de mi aventura en esta ciudad llena de historia y encanto inglés.
Pasa un rato, me adentro a un museo, después de un rato hay un joven que me lanza miradas, mi curiosidad pudo más y me acerco a él. Me invita a tomar un café, acepto.
Quién se hubiera imaginado que encontraría un amigo.
Al llegar los dos a la cafetería seguimos hablando, tiene un chistoso acento inglés, todo es emocionante para mí. Antes de entrar le tomé una foto para el recuerdo.
La cafetería es cálida. El ambiente está impregnado de un suave murmullo de conversaciones y el aroma tentador del café recién hecho. Delicioso.
Me encuentro con los ojos brillantes de emoción contenida, observó al otro chico con una mezcla de admiración y nerviosismo.
Ordenamos, platicamos para conocernos más, para saber de cada uno.
Cada gesto del chico inglés lo analizo con detalle mientras remuevo el contenido de mi taza de café con una cucharilla.
Sonrió tímidamente cuando me hizo una pregunta, y mi risa suena ligeramente más alta de lo normal en respuesta a un chiste. Intentó mantener la compostura, pero mi corazón late con fuerza, haciendo que mis manos se mueven inquietas sobre la mesa.Él inconsciente del torbellino de emociones que estoy experimentando, continúa hablando animadamente. A veces, nuestras miradas se cruzan y se sostienen por un momento más largo de lo habitual, creando un vínculo intenso pero silencioso entre ellos. Todo es emocionante.
El café se va enfriando en las tazas, pero ninguno parece notarlo mientras nuestra conversación fluye entre risas, anécdotas compartidas y detalles íntimos de nuestras vidas. Para mí , cada minuto que pasa es precioso, y deseo que el tiempo se detenga para prolongar este encuentro especial.
En medio de la charla, no sé de dónde reunió valor para decirme algo más, pero las palabras se quedan atrapadas en su garganta. Se inclina y me besa. Nunca me habían besado así. Hay complicidad y la conexión que se ha desarrollado entre ambos es palpable, incluso sin necesidad de palabras. Sonrió cuando se separó de mí. Me invita a seguirlo después del café. este encuentro ha dejado una marca indeleble en mi corazón, mientras me preguntó qué podría deparar el futuro entre nosotros.
Volviendo al presente
Claro la fotografía, no recordaba ese detalle tendré que buscarla para recordar, cómo será tu padre. Se que era guapo a mi gusto pero no recuerdo mucho,espero que salgas con más parecido a mi.
Luego la buscaré tengo que bajar a almorzar porque si no llego temprano papá Max se enojara y no podemos seguir haciendo que se enoje.
Cómo permití que me llevará ese día a su departamento, era solo un desconocido.
Bajo las escaleras, me dirijo a la cocina como solo somos él y yo, no es tan relevante que usemos el comedor.Me siento en mi sitio y espero a que me sirvan el almuerzo, mi padre llegó justo a tiempo se ve que hoy no trabajará. Entonces estaremos los dos solos, será eterno, hasta que papá regrese.
Hay una variedad de platillos caseros y todo se ve balanceado para mi dieta de embarazo. Creo que alguien está al pendiente. Ensaladas frescas, algo de carne asada.Disfrutar es lo único en lo que puedo pensar ahora. El aroma de la comida se mezcla con mis ganas de comer de todo.
-No olvides tus vitaminas-Escuchar su voz me trae a la realidad. Escalofríos siento.
-Claro que no, papá, gracias por todo- Me vuelvo a concentrar en lo que comeré primero, tomaré jugo de naranja se ve fresco. Se que sabe a qué me refiero lo miro unos instantes. El se concentra en almorzar.
Algún día tendré tu perdón.