Día de parque

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Mi esposo parece nuevo en todo esto sin embargo, ha cambiado demasiado con los bebés, es el mejor ahorita, tal vez no sea el mejor cambiando los pañales de la pequeña Gracie pero se está esforzando demasiado. Me impresiona demasiado porque tiene un cambio muy grande. Está muy emocionado con los bebés, no admite pero ahí está al pendiente.
La vez pasada se preocupó por el pequeño Liam. Cuando Pato me lo contó no lo creí, yo estaba más pendiente de mi niña que de mi nieto. Se que la pasó mal mi Pato y Domi pero le di unos consejos para su cuidado, mi niño está aprendendiendo este reto de cuidar a un bebé. Será difícil tal vez pero es algo que comparto con él.

Volviendo con Max, da la casualidad que decidió dar un paseo con los bebés, si alguien lo viera y me preguntara si ese es mi esposo, lo pensaría dos veces antes de afirmarlo.Me sigo cuestionando el comportamiento y la forma de ser de mi marido.

Tengo un par de horas antes de que vuelva, según él tenía otros pendientes que hacer, se llevaría a los bebés, veremos que sucede, se llevó todo en las pañaleras, lo que necesitaría para sus horas cuidando a su nieto y nuestra hijita ranita. Pato no sabía qué hacer entonces llamé a mi hermano para pasar un rato agradable en mi casa por lo que no me toca cuidar a mi bebé.

La sala de estar tranquila y luminosa, con la luz del sol filtrándose a través de las cortinas semitransparentes y proyectando un suave resplandor dorado sobre los muebles. En el centro de la habitación, un cómodo sofá de tela suave se convierte en el refugio ideal para mí. Estoy recostado con una expresión de descanso absoluto, los ojos cerrados y una sonrisa de alivio en el rostro. Visto una camiseta cómoda y unos pantalones de chándal que indican que estoy aprovechando mi día libre para relajarme.

En la mesa de café frente a mi, hay una taza de té humeante, con el vapor que asciende lentamente y se dispersa en el aire, mezclándose con el aroma a lavanda de una vela encendida. Los libros apilados y las revistas esparcidas reflejan el tiempo libre que ahora tengo para mí mismo. Un par de auriculares descansan sobre la mesa, estoy disfrutando, algo que normalmente no tendría tiempo de escuchar. Max y Gracie son todo un caso perdido por algo son mi marido y hija son iguales. La bebé aún no habla solo llora si su padre no está cerca.

Las paredes están decoradas con fotos familiares enmarcadas, mostrando momentos de alegría y ternura. Entre las fotos, un par de cuadros con dibujos de bebés y mensajes de cariño añaden un toque de calidez a la habitación. Volver a tener a alguien quien depende de ti es mucho amor y trabajo.

Hoy es un día libre para Pato y para mí.

El silencio en la habitación está roto sólo por el sonido ocasional del viento moviendo las hojas afuera.

Tomó un sorbo de mi té y cierri los ojos, permitiéndome disfrutar de un momento de calma y reflexión, apreciando el descanso que me brinda este día libre mientras mi esposo y los bebés disfrutan del parque.

En este espacio de tranquilidad, finalmente puedo respirar sin las urgencias del día a día y me permito disfrutar de una paz que solo se experimenta en los breves momentos en que no hay pañales que cambiar, ni llantos que calmar. Es un momento raro y precioso, un regalo para mí mismo en medio de la ajetreada vida de ser de nuevo papá.

Preparó una mañana agradable, tenía mucho que no veía a Carlos desde el hospital. Entonces tenía mucho que platicar con él. Tal vez me cuente de su futuro esposo.

Imaginar una mañana soleada y tranquila en mi hogar familiar. Tengo una sonrisa radiante, estoy alistando mi cocina para un día relajado.

Invito a Pato a pasar un rato agradable, su amigo Matt estará ocupado y no puede venir a verlo, entonces otra vez solo seremos Carlos, Pato y yo.

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