EL RETO
RIGBY
Por la maldita suerte hoy desperte con mal humor y me ha tocado un mal día.
Primero trabajar en el Puesto de Chucherias con ese tonto,pisar caca de pato y ahora perder jugando RunRRun Car contra el odioso de Mordecai.
Lo peor es que apostamos a hacer lo que el otro diga si perdemos. Yo perdí.
Aveces no aceptó muy bien la derrota.
–¡Quiero la revancha!–replique
Creó que nos la pasamos dos horas jugando la revancha y no nos percatamos de que eran las once.
–¡Revan...!–
–Por favor amigo, para.– me dice Mordo
–Pero.. es que– sigo replicando
–Pero nada Rigby, te toca hacer lo que te ordene.–
Las últimas veces que jugamos me ha retado ha hacer cosas más raras que otras ocasiones. Antes me pedía beber mezclas extrañas o lamer objetos.
Pero las últimas veces le tomó fotos a mis pezones y en otra me hizo probarme el bikini de una mujer.
Mordecai es muy raro.
–Esta vez quiero que te atrevas a ...–
–Que no sea asqueroso por favor–suplique
Por la sonrisa malicioso en su cara creo que di en el punto clave.
–Vas a tener que tragar mi ropa interior sucia–
–¡NOOO!¡NOOOO!–. grité
–Vamos amigo, las que puedas. Además tienes que obedecerme porque perdiste treinta y siete veces en los carritos.–
Terminé accediendo y subimos al cuarto de arriba.
El primero era un bóxer verde a cuadros, suficiente elástico que pude hacerlo en una pequeña bola, luego unos calzoncillos negros y estuve a punto de vomitar.
–Tu puedes, se que te cabe más que eso Mapache.–
Lo miré con una mirada asesina.
Estaba a punto de vomitar pero algo hizo que siga.
Me metí un tercero, unos boxers cafe a rayas negras, y por ultimo unos calzoncillos azules.
–¡Wow! Vaya– se empezó a reir.
Enseguida me saque cada ropa interior y se los escupi en la cara.
–¡Mapache que asco! Tienen tú baba, pensé que no lo harías –
–Eres un idiota Mordecai–.
Quería levantarme del suelo pero me percate que tenía una erección. Lo que me faltaba pensé.
–Vamos Rigby, no te molestes, nadie lo sabrá. Te lo prometo –
Asentí.
Aunque seguía enojado.
–Ve y lava tus dientes seguramente éstas asqueado.
Me diriji al baño en cuanto se bajo mi erección y en cuanto cerre, logre ver unas manchitas en mi pantalón.
Ya estaba enojado conmigo mismo por hacer tal estupidez.
Debo confesar que no quise lavar mis dientes pero si me bañe y una parte de mi estaba excitada por haber metido en mi boca la ropa interior de Mordecai.
Era una sensación rara, el sabor era algo como mariscoso y agrió. Casi amargo.
Algo que me gusto mucho.
Al salir de la ducha, Mordecai se había dormido. No había comprado aún su regalo y debo hacerlo mañana. ¿Con que me excusare?
Algo se me ocurrira, espero.
Ya es tarde y tengo sueño. Mañana no hay trabajo, porque Benson nos dejó libres los fines de semana.
Este domingo es el cumpleaños de Mordecai.
Quiero regalarle algo que le fascine. Espero solo encontrar el regalo perfecto. ¿Que le gustará?
Me quedaré pensando hasta que logré conciliar el sueño.