Tureli batió las alas con más fuerza para esquivar una flecha que silbaba en su dirección. No comprendía cómo los monstruos podían tener tanta puntería. Él mismo era un buen arquero, y aun así sus flechas se desviaban considerablemente debido a las ráfagas del viento.
La flecha pasó muy cerca de él, pero estuvo lejos de rozarlo. Tureli buscó con la mirada al monstruo que le había disparado. Se trataba de un bokoblin moteado, agazapado tras un montículo de nieve. Tureli sonrió para sus adentros y perdió un poco más de altura, tensó el arco y apuntó, y luego...
El bokoblin emitió un chillido de pronto. La punta de una espada sobresalía en su pecho. Cuando el monstruo cayó sobre la nieve, Tureli vio a Link, que dio un tirón para liberar la espada.
Tureli sintió una punzada de frustración. Era la segunda vez que ocurría algo parecido desde que se había desatado la pelea. La primera vez, había tenido ciertas sospechas, aunque ahora, al cruzar una mirada con Link, no tuvo duda. Él intentaba proteger a Tureli.
Si aquello hubiera ocurrido cuando Tureli era más pequeño, se habría maravillado. El héroe del reino intentaba protegerlo. Tureli podía permanecer tranquilo, sabiendo que nada malo le ocurriría. Sin embargo, ahora la historia era diferente.
Link había sido el único que lo había escuchado. Había creído en sus habilidades, ¿no? De lo contrario, Tureli no estaría allí, luchando junto a otros guerreros de su tribu en la estepa helada de Hebra. Link había parecido sincero al decirle que confiaba en él.
«Es cosa de padre —comprendió Tureli, batiendo las alas con más fuerza todavía—. Seguro que él tiene algo que ver.»
Salió de sus pensamientos cuando otra flecha voló en su dirección. Y, en esa ocasión, no vio a por ningún sitio, así que tensó el arco y apuntó a otro bokoblin, no muy lejos del cuerpo de su compañero. La flecha fue certera.
Tureli nunca había visto una pelea tan grande, y eso que estaba seguro de que para sus compañeros aquel campamento de monstruos no significaba nada. Intentaba mostrarse confiado, pero lo cierto era que estaba abrumado.
Nadie le había dicho cuántas cosas había que tener en cuenta al enfrentarse a tantos monstruos juntos. Los ataques venían de casi todos los flancos. Y varios monstruos tenían que haber percibido su inexperiencia de alguna manera, porque solían dispararle a él.
Observó a sus compañeros, que se habían enzarzado en la pelea cuerpo a cuerpo, con espadas cortas. A Tureli le habría gustado unirse a ellos, pero Harth le había dado órdenes expresas de mantenerse en el aire, cubriendo a los demás con su arco.
«Seguro que padre también tiene algo que ver en eso.»
Se detuvo al ver un resplandor rojizo en el suelo. Link tensaba la cuerda de su arco. El brillo provenía de la flecha. Acertó de lleno en el cuerpo de un lizalfo, que estalló en llamas al instante.
Tureli dejó escapar una exclamación ahogada. Los orni que estaban cerca del monstruo en llamas se apartaron también, alarmados, pero Link les dijo algo que Tureli no alcanzó a oír. El hombre volvió a ponerse en movimiento de inmediato, como si nada hubiera ocurrido. Como si aquello fuera lo más normal del mundo.
Su espada tenía un aspecto extraño. Y su mano derecha, más extraña todavía, emitía destellos verdosos de vez en cuando. Y Link se movía como un relámpago, más deprisa de lo que Tureli podía percibir, en ocasiones. Era casi antinatural, aunque su padre se lo había advertido en cientos de ocasiones. Tureli había crecido escuchando historias del héroe Link.
—Cuando lo ves en acción, es tan distinto que casi asusta —había dicho su padre—. Tanto poder contenido en un solo hombre... No es algo que se vea todos los días.
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The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom
FanficCuando una extraña aura empieza a manar de las profundidades del reino y hace enfermar a todo el que se acerca, Link y la princesa Zelda, salvadores de Hyrule, viajarán hasta el corazón del reino en busca del origen del desastre. Aunque Link se encu...