—Sigo pensado que deberías hacerte otra prueba —dijo Angélica comiendo el pedazo de salmón que llevaba minutos intentado atrapar con los palillos.
—No —dije sin mirarla, ni loca volvería a pasar por ese martirio.
Admito que sentí un pequeño vacío al ver el negativo en esa prueba de embarazo, pero culpo a mis sentimientos por Dante, si no me hubiera enredado de la manera en que lo hizo no me sentiría de la manera en la que me siento ahora, confundida.
—Bien, pero si sigues teniendo síntomas similares a los de un embarazo te harás otra prueba —rodé los ojos, Angélica parecía mi madre, con la pequeña diferencia de que mi madre me asesinaría si supiera que estoy haciéndome pruebas de embarazo después de ser una irresponsable.
—No puedes obligarme —le saqué la lengua para completar mi interpretación de infante.
La tía Agatha y Fabián nos observaban sin interferir en nuestra discusión, los dos no nos quitaban los ojos de encima y aun así seguían comiendo sushi.
—Como quieras, pero si en dos meses te empieza a crecer el vientre no vengas a mi solo para quejarte —sentenció señalándome con sus palillos.
Hice como si no la hubiera escuchado y seguí comiendo, no quería aceptar que podría tener razón.
Pronto la luz del sol comenzó a descender y la culpa me abofeteó, arrastré a Fabián y Angélica en esto, además de causarle molestias a la tía Agatha, no quería interferir en la vida de los demás, todos tenían algo que hacer, sus mundos no giraban alrededor de mi, sería egoísta retenerlos aquí conmigo.
Mientras ponía mi bolsa sobre la cama que la tía Agatha había improvisado en medio de la sala escuché a mi amiga pedirle una almohada y cobijas a la dueña de la casa.
—No es necesario que te quedes —le dije a Angélica interrumpiendo su conversación con la tía Agatha.
—¿Qué dices?, eres mi amiga y tengo la obligación de quedarme contigo en tus momentos mas difíciles —recitó poniendo sus manos en la cadera.
—Se que mañana tienes que ir a la escuela, además estas buscando empleo y no puedo quitarte el tiempo —le dije cruzándome de brazos, tenía que entender que hablaba en serio.
—No quiero dejarte después de todo lo que ocurrió ayer y hoy —dijo recordándome el tiroteó en el parque de diversiones.
—Estaré bien, regresa a casa y asegúrate de encontrar un trabajo decente para que me ayudes a pagar la renta —traté de convencerla.
—¿Estas segura de que no me necesitas aquí? —me preguntó con preocupación en los ojos.
—Estoy segura —sonreí para darle la confianza de dejarme sola con la tía Agatha—. Deberían irse ya, se hará mas tarde y la carretera es peligrosa de noche.
Angélica y Fabián terminaron por hacerme caso y se fueron antes de que la noche cayera sobre ellos.
La tía Agatha y yo terminamos viendo la televisión sentadas en el sillón y con una manta en el regazo, una novela era lo único que podría distraerme en este momento, solo una novela tenía más drama que mi vida.
Mi teléfono comenzó a sonar cuando la villana le arrojó un baso de agua a la protagonista, miré la pantalla de mi teléfono enojada por la interrupción. Era Giovanni.
Me levanté y corrí hasta el baño disculpándome con la tía Agatha por interponerme entre ella y la televisión.
—Hola, Giovanni —contesté apenas cerré la puerta del baño.
ESTÁS LEYENDO
Trampa Para Mariposas
ChickLitApenas la vi supe que estaba perdido, me obsesioné con su belleza y pasión por el arte, desde el principio quise que fuera mía, el habernos conocido en una iglesia alimentó mi idea de que solo algo divino podía poner a tal criatura frente a mis ojos...