—¡No me importa si tienes que traer al maldito Sherlock Holmes, la encuentras o considérate vetado de la industria de los malditos investigadores privados! —le grité al teléfono, me importaba poco que todos a mi alrededor me vieran como a un loco, estaba a un paso de convertirme de verdad en uno.
Subí al auto y con dos palabras di la orden al chofer de regresar al hotel, el hombre detrás del volante ni siquiera miró por el retrovisor, cobarde.
—¿Puedes calmarte? —Mauricio sentado junto a mi mantenía la calma, calma que a mi me faltaba.
—¿Y tu puedes callarte si no me vas ayudar a encontrarla? —estaba sacando a la luz mi lado mierda.
Mas de dos meses sin Olivia me estaban convirtiendo en una bestia sin conciencia o educación.
Había planeado mantenerme alejado de ella por poco tiempo, pero Nicky Sayer no me lo estaba poniendo fácil, creí que la loca Sayer solo me obligaría a casarme con ella, pero resulta que su padre también estaba envuelto en eso del matrimonio, quería que su querida hija viviera como reina con mi dinero porque el suyo estaba a punto de desaparecer por tener negocios ilegales de lavado de dinero, claro, él también creía que yo lo sacaría de la cárcel y lo dejaría vivir como un monarca retirado.
—Portarte como un gorila enojado porque le quitaron su banana no te servirá de nada, solo necesitas concentrarte y pensar, ¿Olivia no te habló de más personas con las que podría haberse quedado? —Mauricio decía estupideces y luego una bombilla en su cerebro se encendía y decía algo útil, por eso, y porque era mi amigo, aun trabajaba para mi.
Después de llamarla y escucharla decir que no me quería volver a ver otra vez estaba hecho polvo, no quería hacer otra cosa que tirarme de un puente y que mi cuerpo se congelara hasta el punto de no sentir nada. Estuve un par de horas afuera de su casa esperando que volviera, llamarla desde ahí no había sido buena idea, no porque ahora mi teléfono estaba destrozado e inservible debido a una caída de tres pisos por escaleras.
Le hice caso a Mauricio y volví en el tiempo para recordar los nombres de los amigos de Olivia, sabía que con su madre o su hermana no estaba porque ya tenía gente vigilando, y no solo era para saber si Olivia estaba ahí, Nicky Sayer se había vuelto loca cuando descubrió que nuestro "matrimonio" había sido invalidado porque yo ya estaba casado con Olivia, y debido a su locura debía cuidar que no intentara hacer daño a la familia de Olivia como lo había intentado con mi familia.
Martín, Angélica y Fabián, esos eran los nombres de sus amigos, al menos de los únicos de los que me había hablado. Se los repetí a Mauricio, el hombre hizo una mueca.
—Necesito apellidos, sus nombres por si solos no me sirven para nada —dijo mientras miraba su teléfono.
—¿Recuerdas a la hija del amante de mi madre? —Mauricio me miró bajando un poco sobre su nariz sus lentes oscuros.
—¿Qué tiene que ver esa chica con todo esto?, ¿al fin te haz vuelto loco por completo? —Mauricio acercó el dorso de su mano para intentar tocar mi frente, como si quisiera comprobar que estaba ardiendo en fiebre y ese era el motivo de mis palabras.
Golpeé su mano para alejarla.
—No seas idiota, tu mismo me dijiste haberla visto con Olivia en el hotel de ese pueblo cuando regresé a España —le recordé enojado.
—Tienes razón —volvió a su teléfono.
Bajamos del auto y entramos en el hotel, Mauricio aun miraba el teléfono.
—Señor, olvida esto —el chofer se acercó con una caja en las manos. El colgante que le había regalado a Olivia, el mismo que había impedido fuera enviado a España hace un par de horas.
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Trampa Para Mariposas
ChickLitApenas la vi supe que estaba perdido, me obsesioné con su belleza y pasión por el arte, desde el principio quise que fuera mía, el habernos conocido en una iglesia alimentó mi idea de que solo algo divino podía poner a tal criatura frente a mis ojos...