El caos nos rodeaba, la gente gritaba y se empujaban con desesperación, los disparos volvieron a resonar.
Alguien dentro del parque de diversiones tenía un arma, y ahora mismo había tomado la decisión de utilizarla. Si quería adrenalina, aquí la tenía, a veces no es bueno pedir cosas al universo y pensar que te dará exactamente lo que quieres.
—¡Tenemos que irnos ya! —gritó Giovanni mientras comenzaba a correr arrastrándome con él.
Íbamos tomados de la mano y yo intentaba seguirle el paso, corríamos hacia el estacionamiento, justo en la dirección contraria de donde provenían los sonidos de disparos.
Padres con sus hijos corrían desesperados por salir del parque, muchos solo actuaban por mera inercia, al ver corriendo a una multitud ellos también corrían sin antes preguntar, desde luego los sonidos de detonaciones de armas eran motivo suficiente para seguir a la multitud.
Y justo antes de salir del parque de diversiones miré hacia atrás, no debí hacerlo.
Un hombre alto con la cara de Dante caminaba hacia nosotros, estaba enojado, lo veía en sus ojos y la manera fuerte en que pisaba el pavimento. No podía ser Dante, el estaba en España.
Sentí como si tropezara, tuve que mirar por donde caminaba para no caerme, me di cuenta de que casi piso a Giovanni y provoco que los dos caigamos.
Cuando me aseguré de que no besaría el piso, volví a mirar hacia atrás.
La persona que creí ver, no era Dante, solo era un hombre que se parecía a él, y aun así ni siquiera era tan parecido, o más bien solo tenía el cabello igual al de Dante. Todo estaba en mi cabeza.
Salimos del estacionamiento en cuanto subimos al auto.
—¿Qué fue eso? —pregunté aun asustada por lo que acababa de ocurrir, los disparos y mis alucinación.
—No lo sé —dijo mirando al retrovisor repetidamente mientras conducía lejos del parque de diversiones.
Mis manos temblaban y tenía la boca seca, de repente ya tenía nauseas otra vez.
—Será mejor que te lleve a casa, —Giovanni me miró con preocupación— te ves muy pálida, ¿estas bien?
Que me viera pálida concordaba con lo que sentía, era como si estuviera a punto de desmayarme.
Asentí.
—Vaya mierda de primer beso —dijo Giovanni tratando de mejorar el ambiente tenso.
Le sonreí.
Por fin llegamos a mi departamento y tuve una sensación extraña, como si acabara de quitarme un peso de encima, estaba tan feliz de regresar, no me explicaba si sentía eso debido a que estuve en medio de un tiroteo, o por el hecho de que besé a Giovanni solo para intentar sacarme de la cabeza a Dante. Quizás fuese por lo segundo.
—No puedo creer lo que acaba de pasar, siento haberte llevado ahí, si hubiera sabido que algo así iba a ocurrir yo nunca...
—No te disculpes, lo que sucedió no fue tu culpa, tu solo me hiciste pasar una tarde genial, solo olvidemos todo lo que paso después —mierda, ¿Giovanni si había sentido algo al besarme?, él me había dicho que le gusto, pero no me lo tomé en serio, creí que solo era simple atracción, nada del otro mundo.
—A mi también me gustó pasar la tarde contigo, —dije sin saber que más decir— gracias por todo, nos vemos en el trabajo.
Bajé del auto sin más. Me sentía avergonzada, no había pensado bien eso de besarlo, y ahora me sentiría rara conviviendo con él.
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Trampa Para Mariposas
أدب نسائيApenas la vi supe que estaba perdido, me obsesioné con su belleza y pasión por el arte, desde el principio quise que fuera mía, el habernos conocido en una iglesia alimentó mi idea de que solo algo divino podía poner a tal criatura frente a mis ojos...