Si Alejandro seguía mirando de esa manera a Angélica llamaría a la policía en cuanto llegáramos a Italia.
El maldito idiota la miraba como si fuese un dulce que estaba a punto de comerse, y la inocente chica seguía durmiendo como un bebé en el asiento del avión que escogió cuando abordamos.
Llevábamos cinco horas de vuelo y desde entonces Alejandro no separaba sus ojos de ella, comenzaba a irritarme, la joven que dormía a menos de un metro de mi era la mejor amiga de mi chica, y estaba seguro de que Alejandro solo la quería para una cosa, la pequeña de las Bernal saldría herida si mi amigo se atrevía a intentar algo con ella, así era como funcionaban todas sus relaciones, salía con ellas por dos meses máximo y luego las botaba porque le gustaba otra, solo las usaba para complacer sus pervertidos deseos.
—Te voy a cortar las pelotas si le llegas a hacer daño —le dije cuando me cansé de ver como Alejandro con esa mirada parecía más y más un acosador depravado.
Me volteó a ver como si quisiera asesinarme, había maldad en sus ojos, su entrecejo estaba fruncido y tenía la mandíbula tensa, era la encarnación de la ira.
—¿Qué carajos dices? —como dije, estaba que echaba humo por las orejas.
—Dije que si le haces daño a la amiga de mi mujer, te corto las bolas, si esa chica sufre, mi chica también sufre —recordar a Olivia hablar de Angélica me hacía consiente de cuanto la quería.
—No le haré daño —gruñó mirándola.
—Ya lo hiciste, le dijiste puta —recalqué—. ¿Oh es que quieres que te recuerde que evitó cruzar miradas contigo desde que subiste al auto antes de abordar el avión?, esa chica me gritó por haberte traído cuando supo que éramos amigos.
Recordé la escena en el estacionamiento del hotel cuando Angélica vio a Alejandro, parecía que había visto al mismísimo Conde Drácula , la chica se volvió loca conmigo cuando llegamos al aeropuerto, le expliqué que era mi amigo y que él conocía a mucha gente en Italia, que nos ayudaría, aun así la amiga de mi pequeña mariposa se negaba a dejarlo pasar, me dijo que Alejandro era la peor persona que había conocido en su vida y que no le dirigiría la palabra, que solo estaba haciendo este viaje junto a él por Olivia.
—No quiero que le hables, si quieres resolver los malentendido lo puedes hacer cuando Olivia esté a salvo, ahora no —le advertí mirándolo a los ojos, quería que le quedara claro que no estaba bromeando.
—No puedes prohibirme nada —sus puños se cerraron y pude ver como una vena en su cuello sobresalía.
—En esté maldito viaje si que puedo, yo te lo dije antes de salir del hotel, si venías con nosotros tendrías que hacer lo que yo dijera, así que compórtate si no quieres que le diga a Mauricio que te lleve a rastras hasta su casa en Sicilia y te encierre hasta que Angélica, Olivia y yo estemos fuera de Italia.
Sus ojos llenos de furia no me preocupaban en lo más mínimo, él sabía que era capaz de llevar a cabo todas mis amenazas, y también sabía que no podía influir sobre mis decisiones, no tenía nada de mi con lo que pudiera negociar como lo tenía de otras personas poderosas.
Mauricio salió del baño y nos encontró mirándonos como perros rabiosos.
—¿Qué me perdí? —dijo con diversión sentándose en su lugar frente a mi.
—Alejandro quiere cogerse a Angélica —dije sin tapujos—. Y se lo acabo de prohibir, por eso parece que me quiere asesinar.
Mauricio se ahogó en una carcajada que pudo haber derribado el avión.
—No me la quiero coger —volvió a gruñir.
—Pues mas te vale, ya tenemos muchos problemas solo con Dante y su situación marital —Mauricio se recostó en su lugar y cerró los ojos.
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Trampa Para Mariposas
ChickLitApenas la vi supe que estaba perdido, me obsesioné con su belleza y pasión por el arte, desde el principio quise que fuera mía, el habernos conocido en una iglesia alimentó mi idea de que solo algo divino podía poner a tal criatura frente a mis ojos...