one shots- ateez

broken sunshine

Esa mañana era una de las más difíciles para ambos, hacía frío y estaban llegando tarde a sus empleos y también al colegio de los niños. Cuando la alarma sonó la dejaron pasar sin darse cuenta, no podían culparlos, la noche anterior fue una calamidad. Dormir a los niños nunca es tan difícil como cada domingo antes de un lunes de clases y empleo, parecía que los pequeños se la ideaban para querer quedarse despiertos hasta tarde. Eso no era lo único, jongho no dejo de llorar en toda la noche y recién se vino a dormir a las tres de la madrugada.

Todo un martirio.

Ahora ambos adultos salían volando de sus camas para poder despertar a sus hijos así asistir a clases. Estás habían comenzado hace tan solo una semana por lo que ambos adultos aún no se acostumbraban a qué ya no estaban en vacaciones. Mingi era el más grande y ese año había empezado su primer grado de secundaria, Yunho ya iba en su antepenultimo de primaria siguiéndole Yeosang que iba un grado más abajo y los dos mellizos, San y wooyoung que iban en su primer grado, claro sin contar a jongho que asistía a la guardería.

––Niños! Levántense porfavor! ––volvio a llamar seonghwa. ––Mingi! Sal de la cama o te tirare agua fría! ––sentencio viendo como el adolescente adormilado volvía a cerrar sus ojos con intención de dormir más. ––Yunho, Yeosang, arriba! ––llamo, retirándose echando los niños comenzaron a levantarse.

Por otra parte, hongjoong se hallaba cambiando el pañal de jongho, a su lado están wooyoung y San que esperaban ayuda para poder vestirse. Cuando acabo con el pequeño ayudo a Wooyoung a colocarse bien el suéter que se había puesto al revés y a San a ponerse los zapatos.

––Papi.. qui... ––susurro San señalo con sus deditos su cabeza.

El pequeño de los mellizos poseía un problema motriz, a pesar de tener seis años aún le costaba mucho el habla y apenas y pronunciaba pocas palabras. Eso era algo grabé pero según los especialistas iba a ir aprendiendo a su debido tiempo, aún así, todos hacían el mayor esfuerzo para tratar de entender cuando San quería comunicar algo, muchas veces lo hacía a base de señas porque no podía hablar muy bien.

––¿Te duele? ––el pequeño asintio. ––Puede ser porque estás cansadito, es por eso que debes dormir temprano para ir al colegio. ––le susurro dandole un beso en la mejilla. ––en el auto podrás dormir un poquito más.

Se colgó al bebé en sus brozas y tomo la mano de uno de los pequeños, que también le tomaba la mano al otro, para bajar al comedor donde ya estaban sus tres hermanos mayores sentados.

Seonghwa preparaba el desayuno mientras como podía trataba de ordenar las loncheras para todos sus hijos, en Cerio que seis no eran fáciles.

Kim se acercó levemente a el dejando un simple beso en su mejilla y paso directamente a su lado para tomar el biberón del bebé que estaba entibiando. Comprobó que la temperatura estuviera exactamente como debía y lo coloco en los labios del pequeño que rápidamente comenzó a succionar del chupón.

––Mingi, ¿Hiciste tu tarea? ––oregunto el mayor de todos, recibiendo un asentimiento. ––Yeosang no te olvides de guardar el algodón y los porotos para el germinador. ––recordo haciendo que el azabache fuera corriendo a hacerlo antes de olvidarse. ––Yunho, ¿Llevas tu uniforme de karate? ––este asintio. ––bien veamos, a San y wooyoung hoy les toca merienda casera. ––menciono.

––Lo se, ayer hice tarta de manzana. ––dijo el pelirosa.

Escucharon el chillido de felicidad de ambos niños, sonriendo por lo tierno que se veían ambos pequeños. Acabaron de desayunar y fueron saliendo uno por uno de la casa.

Con todos los niños dentro de la camioneta, se encaminaron directamente a cada lugar designado; Mingi era el único que iba a un instituto diferente porque el colegio de los niños no tenía secundario, por ello fue el primero al que dejaron con un beso en la mejilla, su mochila y lonchera. Después de el le siguieron los pequeños, Yunho y Yeosang bajaron como de costumbre, despidiendose de sus papás y yendo a sus salón. Cómo siempre, wooyoung fue el del problema, aún no se adaptaba a la escuela y lloraba sin querer dejar a sus papás pero acabo yéndose con su maestra.