sansang

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Eran pasada la media noche, un manto negro haciéndose pasar por cielo, inundando toda la ciudad de completa oscuridad. Todo estaba hundido en un silencio eterno y para suerte de San, eso le convenía muy bien. Salió del auto, en el que venía esperando gran parte del día, sin hacer mucho ruido, camino lentamente hasta cruzar la acera que lo llevaba a aquella casa de adinerados, lista para ser saqueada.

Había estudiado el lugar meticulosamente, los planos, los sectores, alarmas, guardias y demás. Solo era la simple casa de un par de veteranos ricachones que no sabían que hacer con su dinero y que mejor que dárselo a una familia que lo necesitará, como la suya.

Ja.

Miro la enorme reja principal frente a el, no podía subir por ahí porque la cerca era electrica y aparte todos los verían, así que camino en completo silencio por la acera como si fuera un vecino más que paseaba a la media noche para tomar aire y relajarse, dió vuelta en la misma esquina yendo en dirección a la ala trasera de aquella enorme mansión, viendo su punto de ayuda en aquel muro de ladrillos enorme pero sin ninguna cerca electrica. Lo miro unos enormes minutos, detallando extremadamente dónde subir, era un muro de más de cuatro metros, si se caía de ahi podría romperse varios huesos. Se armó de valor, se puso aquellos guantes de tela negros que hacían juego con su ropa y trepó ladrillo por ladrillo hasta llegar a lo más alto, ya allí le fue mucho más fácil bajar.

El lugar era hermoso por dentro, como se lo imagino, lleno de flores y arboledas, fuentes y cosas de ricos, un jardín muy bien cuidado si se lo preguntaban. Mirando directamente hasta la casa, había una ventana abierta en lo que parecía ser el segundo piso, sería fácil trepar por la pared hasta llegar, debía ser alguna oficina o sala que no usará mucho, la luz estaba apagada y no había mucha señal de que alguien esté ahí y si lo había, no le molestaría derramar gotas de sangre.

El solo iba por el dinero pero en varias ocasiones se la hicieron difícil y tuvo que acabar con ellos, col el tiempo, extrañamente le gustó e incluso era catalogado como sicario.

Trepó la pared en segundos, llegando silenciosamente al lugar, no se veía exactamente nada más que el mínimo reflejo de la luna, camino lentamente por el lugar tratando de no tropezar con nada, cosa que le fue imposible cuando sintió que pecho una mesita y cosas caerse de esta. Una lámpara de luz se encendió, misma que estaba al lado de la ratonera de una cama gigante que Choi no sabe cómo no vio, bueno, la habitación era enorme.

—¿Quien está ahí? —pregunto una dulce vos.

San vio el rostro confuso de ese chico al que no le daba más de veinte años, mirara hacia todos lados y pudo deducir que sin duda era el hijo de Afrodita, el ser mas hermoso que había visto.

—¿Eres tú chiru? Te dije que no podías subirte arriba de los muebles, puedes tirar algo de vidrio y lastimarte. —el chico llamaba a lo que parecía ser una mascota.

¿Cómo era que no lo veía si estaban todas las lucen encendidas?

San se corrió para atrás, porque de alguna manera no le dió ese instinto de atacar, mismo que aparecía cuando se hallaba atrapado entre la espada y la pared. Miro al pequeño cuerpo levantarse de la cama con un "pzz" "pzz" llamando a aquel animas que Choi desconocía completamente, sin inmutarse de que él estaba allí parado al lado de la mesita que se hallaba junto a la ventana.

Vio como el chico encontraba a ese ¿Gato? Gordisimo, escondido sobre el tocador, muy lejos de donde estaba el y lo seguía regañando diciéndole que tirar cosas era malo. San por su parte pensó que esa imagen se veía tierna, más sumándole que el gato lo miraba con una expresión aburrida, como si le importara muy poco lo que su dueño le estuviera diciendo, hasta que volteo a verlo; los colmillos salieron afuera y gruñía como un perro a pesar de ser un felino, San que hasta ese entonces se había quedado parado ahí, atónito, se puso en alerta,

—¿Quien anda ahí? —volvio a preguntar el chico. —m-mira que chiru es una bestia, puede morderte! —extendio el gato hacia la pared, pero dandole la contraria a la que él estaba, San quería reír pero el chico parecía que comenzaría a llorar. —hablo en serio, si es una broma, n-no es graciosa... —hablo casi hipando.

Fue ahí cuando San decidió acercarse por atrás tapando su boca para que no gritara, el chico, por el susto, soltó al gato dispuesto a pelear por safarse.

—Shh, no te haré nada, pero tienes que calmarte o si no me lo pensaré. —y luego de ello, el chico pareció seder, San soltó su fuerte agarre y lo dirigió a la cama, lo sentó y con una pequeña tela que corto de la cortina le ató ambas muñecas. —es por mi seguridad.. —suspiro, atrayendo la silla frente al tocador y se sentó. —dime bonito, ¿Cómo te llamas?

—¿Por qué le diría como me llamo a un extraño que se metió en mi habitación? Podré estar ciego pero no tonto. —dijo el rubio con sarcástica diversión.

¿Ciego? Claro, por eso no lo veía.

—Esa es una contestación muy irrespetuosa a un sunbae, ¿No lo crees? —volvio a hablar.

—Ni siquiera sabes mi edad, capaz que yo soy el sunbae. —protesto, sus ojos grises bien abiertos. —¿Por qué estás en mi casa?

—jaja, bueno, venía a buscar unas cosas importantes, tienes dinero de sobra, no te cuesta nada compartir. —hablo.

—No, mi papá tiene dinero de sobra, y aún así, ¿Crees que se hizo millonario compartiendo dinero? —pregunto irónicamente.

San quiso reír, podía matarlo en ese mismo momento y aún así este chico era terco, seguía remendando contra el.

San no estaba dispuesto a seguir con esa charla, se llevó lo que se tenía que llevar y como si nunca estuviera ahí desapareció, con la certeza de que volvería aunque no necesariamente por dinero.

(...)


Holi, no se que escribí pero volví.
Si estoy de buen humor, puede que le haga otra parte. PUEDE...

Les hice una representación gráfica de la escena de chiru, yeo y la pared.

Soy tan talentoso, incluso para dibujar, mejor que picaso

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Soy tan talentoso, incluso para dibujar, mejor que picaso.

Me había equivocado con el título y puse woosang, es que en un principio quise que el ladrón fuera woo pero luego me dió más pinta de San y me olvidé cambiar el título, sorry.

 one shots- ateezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora