Capítulo 09 | El acosador resultó ser acosado.

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Capítulo 09 | El acosador resultó ser acosado.

Madison.

— Has faltado casi una semana, Madison. Eso es imperdonable, tendré que tomar medidas. –amenaza Aylwin.

Soy consciente que he estado centrada en Alex, en el trato y en el caso que no me pasé por la biblioteca. Pero mi jefe es bastante... único. A Meredith la echó por irse del trabajo porque tenía fiebre e incluso la hizo venir a cuarenta ardiendo, después se desmayó y él no paraba de repetirle que tenía trabajo atrasado y que no siguiera con ese cuento. Si le pasó eso a ella y tenía motivos para quedarse en casa no me quiero imaginar lo que me pasará a mí habiéndome olvidado.

— Lo siento mucho, Aylwin. –me disculpo–. Es que he tenido tantas cosas en la cabeza que se me ha pasado por completo.

— Pero, ¿cómo se te va a olvidar venir a trabajar? ¿Qué es eso tan importante por lo que has renunciado a tu puesto de trabajo?

Claramente no se lo iba a decir, así que tiro por lo fácil.

— Mi gato está enfermo y mi abuela delicada, no volverá a pasar. –agacho la cabeza.

Aylwin, me la levanta de la barbilla y me hace mirarlo a los ojos. ¿Qué está haciendo? No me espero esa reacción, sino una bofetada. No sería la primera vez que ha golpeado a alguien.

— Podrías compensar tus horas desperdiciadas, Maddie. –susurra.

No me gusta esto ni un pelo. Me da miedo preguntar, pero lo hago.

— ¿Cómo? –me aclaro la garganta,

Avanza unos pasos y de repente está muy cerca de mí. Doy unos pasos detrás para mantener la distancia y habla.

— En mi despacho. –continúa susurrando.

En ese momento entro en pánico, no quiero pensar mal, pero es inevitable con este hombre.

— A mi novio no le parecerá bien, es policía y...

Niego con la cabeza varias veces y por fin aparta la mano y me ordena que me ponga a trabajar. Sin embargo, el miedo y la inquietud me acompañaron el resto de la tarde. Me observa de reojo varias veces provocando mi incomodidad. Sé que no está dentro de nuestras reglas involucrarnos, pero tengo miedo. Entonces, como si me leyera la mente me manda un mensaje.

ALEXANDER:

Voy a recogerte hoy, no cojas el metro. Mándame la ubicación.

A pesar de ser lo que me apetece y me gustaría, decido picarlo.

MADISON:

¿Por qué?

Espero ansiosa su respuesta, además, me aseguro de que no entra nadie al baño.

ALEXANDER:

Tenemos que hablar.

MADISON:

¿Me vas a dejar? Jajaja. No me rompas el corazón.

ALEXANDER:

Ya quisieras.

Algo que no debería pasar pasó, se me revolvió el estómago. Pero no para mal, sino todo lo contrario. Algo en el estómago aleteaba cada vez que releía el mensaje. Salgo del baño y vuelvo al trabajo. No obstante, al salir me choco de bruces con Aylwin.

— Perdona. –dice apartándome por la cintura.

Es repulsivo. Me dan ganas de vomitar. La jornada se me hace eterna, hasta que entra Alex. ¿No iba a esperarme al salir?

Una Inesperada PropuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora