Capítulo 34 | Una histérica anestesiada.
Alex.
En la sala de espera todo sucede muy despacio, más del que me gustaría. Al ver lo asustada que estaba a pesar de que no quería transmitirlo, intento darle toda la seguridad posible. En tan solo unos minutos, Daisy aparece por la sala de espera, ajustándose sus pequeñas gafas.
— Maddie ya ha entrado, ¿verdad?
— Sí, acaba de pasar.
— ¿Sabes cuándo podremos verla?
— Le harán la operación y después la trasladarán a una habitación, pero supongo que la anestesia permanecerá durante unas horas.
Puedo ver la preocupación en sus ojos, hasta que una notificación llega a mi móvil.
¿Desea ver la localización de Jana Van Wood?
Pulso al mensaje y presiono el botón verde, así pues, me lleva a un mapa.
Menos mal que registrando los cambios de nombre y de identificación que se produjeron cuando los padres de Madison murieron, me dejó acceder a ello, y así, hasta conseguir su localización.
Según este rastreador, pone que está en una casa a las afueras de Greenwich.
Bingo.
— Daisy, tengo que irme, volveré a tiempo para cuando Madison salga. -explico.
— Está bien, jovencito.
Le sonrío antes de irme, y me monto en coche con el localizador guiándome.
Una vez llego a mi destino, me topo con una casa que parece antigua. No me inspira mucha confianza, pero igualmente decido llamar al timbre.
La puerta no tarde en abrirse, dejándome ver a una mujer rubia, de mediana estatura.
— ¿Quién es usted?
— Me llamo Alexander Wright, me gustaría poder hablar con ella sobre un asunto.
Jana, se queda mirándome estupefacta, como si no pudiese creer algo.
— ¿Eres Alexander Wright? -pregunta sorprendida.
— Sí, ¿sería posible conversar cinco minutos? No le robaré más tiempo.
— Claro, pasa.
Se hace a un lado para permitirme la entrada, y observo su hogar con detenimiento.
Este es el claro ejemplo de: no juzgues un libro por su portada.
— ¿Quieres beber algo?
— No, gracias.
Se sienta en la pequeña mesa y me señala una silla para que me siente.
— ¿Conocía a Miranda y Ryker Miller?
Sonríe.
— Por supuesto, una mujer sensata y un hombre dócil.
— ¿Puedo hacerle yo una pregunta? -me cuestiona.
Asiento.
— ¿Qué tal está Madison?
Esa pregunta resuena en mi cabeza más tiempo del que debería. ¿De qué la conoce?
— ¿Conoces a Madison, de qué?
— La conozco, vaya que sí... -responde algo nostálgica.
— Le repito la...
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Una Inesperada Propuesta
RomanceAlex y Madison se reencuentran después de haber sido vecinos durante toda su infancia. El sueño de Alex, es convertirse en policía como su abuelo, y Madison debe enfrentarse a todas las consecuencias que conllevan perder a sus padres. Los dos sient...