Capítulo 36 | Ola de mar.

17 8 5
                                    


Capítulo 36 | Ola de mar. 

Maratón 2/4.

Madison.

No sabía la falta que me hacía hablar con mi tía hasta que Alex me llevó a su casa. De verdad, cuando uno es feliz y no lo valora pero después las circunstancias de la vida te ponen en tesituras difíciles que hace que te des cuenta de que esos momentos eran los que realmente te llenaban, son tan... precisos.

Mucha gente piensa que las cosas materiales son lo que realmente le hacen feliz a una persona, pero yo, precisamente, bajo todo lo que he vivido, son el claro ejemplo de que no es así.

Alex ha hecho por mí lo que de verdad me hacía feliz, lo que necesitaba para ser feliz.

Ha arreglado algo que él no ha roto.

— ¿Entonces... botas altas o botines? Porque con esa camiseta de rayas te quedarían de perlas, por no hablar de esa falda...

— ¿Qué?

— Maddie, ¿dónde estás, en Babilandia?

— Lo siento, es que estaba pensando en que por fin he podido conocer la historia de mi tía. Lo mal que lo estaba pasando y nosotros no hicimos nada para ayudarla, nunca nos preguntamos por qué se fue, nunca le reclamamos nada.

— Maddie, tenías doce años, era imposible saberlo.

— Me siento tan mal...

Es cierto, me siento mal. Pero lo siento así porque con esos problemas que tenía nadie supo verlo, porque cualquier signo podría haber significado algún grito de auxilio.

— Bueno, pero para eso tienes a tu príncipe de brillante armadura.

— No necesito un príncipe.

Está sobrevalorado.

— Bueno, volviendo al tema, ¿has cogido el regalo?

— Claro que sí. -levanto la bolsa-. He de decir que he hecho lo que he podido.

Es que hacerle un regalo al mejor amigo de Alex no es fácil. Sobre todo si no lo conoces tanto.

Espero que por lo menos haya acertado en su equipo de fútbol.

— Y... ¿a quién tenías? ¡No me digas que a Alex!

Ya, ojalá, habría sido más fácil.

Y de pensar que hace una semana habría detestado la idea porque tenía pensado olvidarme de él...

Fracasé estrepitosamente.

Ahora tengo que aprender a vivir con ello en silencio.

— ¿Te recuerdo que fue idea tuya no decir nada?

— Pero...

— Pero nada, va, que llegamos tarde.

Salimos por la puerta y en cuanto pisamos el apartamento de Alex, me da una corazonada.

No sé por qué, creo que esta noche va a ser crucial en algún punto de mi vida. Y estoy nerviosa por algo que todavía no ha pasado y que no sé si va a pasar porque tampoco sé si estoy loca o me lo estoy imaginando.

En fin, ahora mismo mi cabeza es un cúmulo de todo.

— Pasad, chicas. -anuncia Luka.

Encontramos a Kevin y Max sentados en el sofá enseñándole la pantalla del móvil a Alex.

Una Inesperada PropuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora