Capítulo 39 | Se acabó la felicidad.

17 5 1
                                    


Capítulo 39 | Se acabó la felicidad.

Madison.

Una semana después.

Tras el supuesto accidente de la abuela, no me he despegado de ella para nada, excepto para ir a clase. Quien haya dado esa noticia falsa, está claro que quiere que algo malo nos pase, tanto a ella como a mí, porque me niego a perder a alguien más.

Respecto a Alex, todo sigue igual.

Nos acostamos de vez en cuando, o más bien, bastante seguido, pero seguimos teniendo la misma relación de amistad.

La abuela ha insistido en que vaya a cenar con él a su casa, y que, si nota que ocurre algo malo me llamará de inmediato. Y he decidido creerla.

— Podemos pasar al postre directamente. -comenta.

— No has preparado todo esto para nada.

Pero como es de esperar, su poder de persuación hace su efecto y acabamos de nuevo en su cama.

Lo miro de soslayo mientras duerme.

Jamás en mi vida me había creído que yo haría esas cosas, pero ha pasado.

Decido salir de la cama con cautela para darme una ducha después de cuatro horas y al salir, el maldito cuadro de aquella vez, me vuelve ha dejar atónita.

Con mucho cuidado, me acerco, lo dejo en suelo y meto la clave para girar la ruedecilla hasta oír un click.

Hay una bolsa transparente con pequeñas formas alargadas.

Sin dudarlo, tomo una y la observo en mi mano, pero tiene un botoncillo.

Lo reproduzco.

Mierda, es mi voz.

¿Me ha estado grabando?

Pero eso no es todo, unos papeles metidos en una carpeta están ahora sobre mi mano. Entonces, caigo en cuenta de a lo que se refieren. Son los antecedentes.

Casi mata a una persona de una paliza.

Carreras ilegales.

Juegos ilegales.

De todo, aquí hay de todo. No obstante, también encuentro una memoria.

Llegados a este punto quiero saber con qué persona que compartido tantos momentos.

Pero me sorprende más todavía descubrir que el subnormal ha estado grabando todos nuestros encuentros.

¿La casa tiene cámaras?

Miro hacia todos lados, y como es de esperar, no encuentro nada.

¿Qué he hecho?

Y de pensar que le he contado cosas que nadie sabe de mí, que le consideraba un amigo, más que un amigo. Y ahora todo ha sido una estrategia.

— Puedo explicarlo. -dice a mis espaldas.

— Una imagen vale más que mil palabras, ¿no? -trago saliva.

Cierro el portátil y me vuelvo hacia él sin poder ocultar mis lágrimas.

— ¿Te has divertido?

— Madison, no se trata de eso.

— ¿Por qué lo has hecho?

Como si fuera a decirme la verdad.

— Yo no quería, pero los hechos... ¿Mataste a mi hermana?

Una Inesperada PropuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora