Capítulo 15 | Nueva estrategia.

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Capítulo 15 | Nueva estrategia. 


Madison.

Las palabras de Alex me han dolido. Y lo han hecho más de lo que debería. Sin embargo, tienen algo que me hace repensarlo de nuevo, y lo cierto, es que por mucho que me pese, tiene razón. Sean no está enamorado de mí. Nada. No quiere nada que tenga que ver conmigo, pero lo peor de todo es que lo sé. No son las hirientes palabras de Sean las que me hacen reflexionar, sino las de Alex. Todo este tiempo me he estado convenciendo de que lo hacía todo por Sean cuando realmente lo hacía por estar cerca de Alex. Todo el maldito tiempo. Pero esto no puede seguir así, de ninguna manera. No dejaré que entre en mi vida ni en mi corazón, es una promesa.

Pero en estos momentos en mis pensamientos no está ni Alex ni Sean, sino un pequeño bote que conozco a la perfección brillar a contraluz en el bolso de Anne. En seguida lo reconozco, es mi insulina. Lo sé porque antes me daba por ponerle una brillante plateado para saber dónde estaba a todo momento ya que lo guardaba al fondo del bolso. Pero ahora la pregunta es, ¿qué hace mi medicación en el bolso de una de mis mejores amigas?

De pronto, la clase termina y recogemos para irnos, yo guardo el portátil a toda prisa y alcanzo a Anne.

— Anne, no tendrás un pañuelo, ¿verdad? Me resfrié en el viaje y no me deshago de este catarro.

— Claro.

Entonces lo veo claramente, debido al peso el bolso se abre más de la cuenta y yo levanto la cabeza para ver el contenido. Pero lo que me sorprende no es mi medicación, si no la pistola en vuelta en un paño blanco con manchas rojas que hay en el interior. Por mi seguridad, finjo no verlo y preguntar si necesita ayuda.

— No. -dice inmediatamente-. Pensaba que tenía, pero me equivocaba, ya nos veremos por ahí.

En estos momentos le escribiría a Alex para contárselo, pero no voy a ser yo quien lo haga. Sin embargo, me suena el móvil.

ALEX:

Perdóname, por favor. Me pasé.

ALEX:

Seguimos con el trato si es lo que quieres, pero háblame.

Se lo dejo en visto.

ALEX:

Sé que me estas leyendo.

ALEX:

POR FAVOR.

ALEX:

Voy a tu facultad.

Entonces en menos que canta un gallo aparece por la puerta de clase. ¿Cómo sabe en el aula que estoy? No quiero hablar con él, así que avanzo, dispuesta a salir de aquí, pero se interpone en mi camino.

— Escúchame, déjame hablar y después haz lo que quieras.

— Cinco minutos.

— ¿Sólo?

— Que sea un minuto entonces.

— Me pasé de la raya, ¿vale? Lo siento. He estado pensando que si tú quieres, seguimos con el trato mientras que yo lo investigo. Y si encuentro alguna prueba contra él lo dejamos definitivamente.

— No.

— ¿Por qué?

— Seguiremos con el trato, pero para que confíen en nosotros. Debemos ganarnos su confianza para así encontrar las pruebas necesarias para meterlos en la cárcel.

Una Inesperada PropuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora