Capítulo 11 | Verdad o reto.

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Capítulo 11 | Verdad o reto. 


Madison.

¿Qué es el amor? El amor es un sentimiento que provoca vivir las cosas con intensidad y euforia. Pero no me refiero al que sientes por un amigo o por un familiar. El amor de pareja, sobre todo lo provoca. De repente, estás haciendo la compra y ves a una persona que te parece atractiva y te genera mariposas en la tripa, y luego, sin darte cuenta, de un día para otro lo compartís todo. Cada vez que esa persona habla contigo sin razón alguna las manos y las piernas empiezan a temblar y de pronto no salen las palabras. No sé exactamente desde cuando empecé a sentirme de esta manera, pero he podido experimentar yo misma que del odio al amor hay una línea muy delgada. El amor es como el mar. Es como si fuese la arena que descansa en la orilla de la playa y él la corriente. La marea llega y arropa a la arena trasladada hacia la corriente. Pero, sin embargo, cuando cae la noche la corriente la arrastra consigo de nuevo. Nunca me imaginé que una persona me podría hacer sentir así, pero sé que es lo que me hace feliz. Esto, por insignificante que sea es bueno, está bien.

Llevo dando vueltas en la cama toda la noche. Nunca me había sentido así, me da miedo lo mucho que me gusta. Yo siempre he sido la que le importa la relación menos que a la otra persona o no la trabaja tanto y con él es diferente, me importa y eso me preocupa. Nunca me he preocupado tanto por la otra persona, pero ahora no es así. Ahora sé algo que antes no tenía ni idea. Quiero conocerlo, quiero saber sus hobbies, quiero saber qué hace cuando se aburre, quiero saberlo todo. Lo único que sé es que desde que lo vi en el cine hasta ahora, todo ha cambiado. Lo siento cuando estamos juntos, esas mariposas en el estómago que hace unos meses sólo habría querido vomitarlas, ahora quiero que se queden.

Me gustaría que batan sus alas y volasen hasta el suyo. Sé que esto sólo es un juego, un trato. Tiene fecha de caducidad y sé que se acabará. Pero sus señales son contradictorias, algo en su mirada me dice que es real y que no es sólo cosa mía. Necesito que me haga saber de alguna forma que no son imaginaciones mías, aunque sé que es lo que me faltaba todo este tiempo. Algo en mi interior me decía que al empezar esto habría algo que saldría mal, pero nunca me esperé que fuera yo la saldría de esta manera.

Apartando estos pensamientos de mi cabeza durante un momento, miro a mi lado. Es que no puedo dejar de pensar en eso si lo tengo todo el rato cerca de mí. La almohada sigue entre medias de nosotros tal y como la dejamos anoche. Me levanto con cautela y voy hacia la ducha. No calculo cuánto tiempo estoy debajo del agua, pero es agradable. Deseo que este sentimiento se vaya con el agua por el desagüe, pero claramente es imposible. De todos modos, jamás tendría algo con él, nunca he priorizado a otra persona antes que a mí y no lo voy a hacer ahora. Quizá es una tontería y mañana ya ni me acuerde de los pensamientos tan estúpido que sucumben mi mente. Eso es. Algo pasajero. Sí.

Me enrollo el cuerpo con una toalla y salgo dispuesta a vestirme. Alex sigue durmiendo. Parece un angelito, si fuera así el resto del día lo agradecería. De repente, se remueve y levanta la cabeza.

— ¿Qué haces despierta tan pronto? –pregunta con voz ronca.

Todavía tiene los ojos entrecerrados, pero vuelve a apoyar la cabeza en la almohada. Da unas palmaditas en la cama para que vuelva, pero me niega.

Eso me faltaba a mí.

— Sólo son las ocho de la mañana, Alex. Voy a ir a la playa.

Cojo un traje de baño y ropa cómoda y me dirijo al baño de nuevo para cambiarme. Al salir sigue de la misma postura, pero con los ojos abiertos.

Una Inesperada PropuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora