DESPEDIDA

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Durante mucho tiempo Becky estuvo esperando encontrarse con Freen, durante un año entero la espero, pero nunca la había visto, ocasionando que todas aquellas ilusiones de que su amiga este viva se vinieran abajo, lo único que mantenía a flote su esperanza eran las notas y pequeños regalos que siempre le daba una chica llamada Nam. Cada dos días la chica llegaba con una rosa y un pequeño obsequio, solo se lo daba y se marchaba sin más.

Cada regalo tenia una tarjeta, las letras con las que iban escritas era de una perfecta caligrafía que ella conocía demasiado bien. Hoy era el día en que ella le preguntaría a Nam sobre Freen, tenía ansias por saber de ella. Habían transcurrido ya tres años de que no la veía, la extrañaba con todo su ser, la única forma que podía estar con ella era en sus sueños.

El tiempo pasaba demasiado lento para ella, cuando dieron las dos de la tarde, guardo sus cosas y sin esperar salió lo más rápido del salón, con paso apresurado salió de la escuela, camino una cuadra, pero para su sorpresa Nam no estaba en el lugar que siempre se encontraban, el lugar estaba vacío, pensó que talvez se retrasó, decidió esperar, pasaron cinco, diez minutos, media hora y nunca apareció.

Durante ese tiempo una joven de quince años la miraba escondida detrás de una pared, por primera vez en mucho tiempo tuvo la oportunidad de verla a una corta distancia. Se dio cuenta de que la chica se levantaba de la banca con intenciones de irse, asi que sin más fue a su encuentro.

Becky estaba de espaldas, por lo cual no se dio cuenta de que alguien se aproximaba a ella, se asustó cuando unos brazos la rodearon, quería gritar, pero unas manos que taparon su boca se lo impidieron.

- Shhh, tranquila mi flor – susurro en sus oídos, esa voz, que al escucharla quedo paralizada, esa voz la reconocería en cualquier lugar del mundo, era su ángel, su guardián por fin estaba allí con ella – no tengas miedo, nunca te haría daño – con cuidado quito sus manos de la boca de Becky.

Cuando salió del shock, Becky se dio la vuelta para mirar a la persona que estaba detrás de ella, llevo ambas manos a la boca cuando pudo ver a su Freen, sus lagrimas salían sin parar, sin esperar más se abalanzó sobre Freen dándole un abrazo fuerte, aun no podía creer que estaba allí, en frente de ella.

- Si esto es un sueño, exijo que no me despierten – su voz salió llorosa

- No es un sueño cariño, soy yo en carne y hueso – le dio un beso en su cabeza para separarse y verse cara a cara – eres tan hermosa, más hermosa que antes – con toda la delicadeza del mundo enjugo con sus manos aquellas lágrimas, observo todas aquellas facciones en el rostro de su amada.

Becky de igual manera, apreciaba el rostro de Freen, con sus manos dejo caricias en cada parte de su rostro, vio todas aquellas cicatrices las cuales le daban una apariencia más madura y atractiva para ella.

- Te extrañe tanto – murmuro cerca de Freen, con sus manos acaricio los labios que se hacían tan apetecibles.

- También te extrañe como no te imaginas – su mirada se desviaba sin querer de los ojos a los labios de Becky – desee en gran manera poder acercarme a ti, hablarte, pero no podía –

Ambas sentían sus bocas secas, con una sensación de hormigueo, sentían un deseo por sentir la textura de los labios de la otra. Poco a poco fueron acercando su rostro hasta el punto en que sus narices se rozaban.

- Deseo besarte – musito Freen

- Entonces hazlo – respondió Becky en voz baja

Sin esperar más tiempo, sus labios se encontraron, era un roce de labios inocente, poco a poco Freen movió los sus labios sobre los de Becky quien repitió la misma acción, comenzando asi una danza entre sus besos, ambas conociendo la textura de sus labios, su sabor. Poco a poco se fueron separando, chocaron sus frentes aun mantenían sus ojos cerrados.

- Eso fue mágico –

- Lo se, desde hace un tiempo que vengo deseando probar tus labios, pero por respeto a ti nunca intente robarte un beso – Freen tomo de las manos a Becky, no quería despedirse, quería quedarse, pero las cosas tenían que ser de esta forma no había otra – cariño, tengo que decirte algo –

- Que sucede – Becky se preocupó, no sabía lo que pasaba, pero con la expresión que tenía Freen sabía que no era nada bueno.

- Me iré, tengo que marcharme por el bien de mi familia –

- No, por favor quédate, no te vayas, no me dejes por favor – sujeto con sus manos la chaqueta de Freen, no podía irse

- Cariño tengo que hacerlo es por el bien de mi familia – se quitó un de sus anillos que llevaba en su mano y tomo la mano de Becky – prometo que regresare, este anillo es una promesa de que lo hare –

- No hagas más promesas por favor, la última vez que dijiste eso te vi morir y yo contigo, asi que por favor no más promesas, me vasta saber que regresaras -

- Regresare por ti, aun me queda una promesa por cumplir – le puso el anillo en sus dedos en señal de que regresaría por ella – quiero que me esperes, pero si no es asi, quiero que sepas que hare de todo para que tu seas mi reina –

- Te esperare - las manos de Becky sujetaron el cuello de Freen acercándola para besarla – te esperare –

- Espero y así sea – porque si no es así, matare a la persona que te arrebate de mí, fue el pensamiento que tuvo, pero no lo expreso con palabras – tengo que irme –

Sin mirar atrás se marcho del lugar dejando esa promesa, no sabia cuando regresaría, de lo único que estaba segura es de convertir en reina a su amada, pase lo que pase, haría lo que fuera para hacer realidad la promesa hecha.

Mientras tanto Becky miro partir a su amada con la esperanza de volver a verse. Lástima que la manera que esperaban verse no sería nada bonita.

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Todo el equipaje estaba listo, pronto partirían a los Estados Unidos, para empezar, expandir su negocio, tenían que recuperar todo lo que les fue arrebatado y apoderarse de nuevos territorios, para que cuando llegara el momento de su regreso supieran que la familia Malisorn Chankuimha nunca fueron derrocados, sino que solo descansaron para regresar más fuerte e imponentes que nunca.

En el aeropuerto estaban cuatro personas despidiéndose con lágrimas en los ojos, se habían acostumbrado a vivir juntas durante todo ese año, sería raro regresar a casa sin sus dos primas.

- Las voy a extrañar mucho, por favor cuídense mucho – Charlotte abrazo a ambas hermanas – llamen cuando puedan, si algo va mal no duden en decirnos –

- Lo se te quiero tu también cuídate – Faye se despego del abrazo y abrazo a la otra persona que estaba a lado de su prima – cuida muy bien de Charlotte –

- No te preocupes, de esa loca me encargo yo –

- Auch eso me dolió -

- Como siempre siendo dramática – rodo los ojos de forma divertida Freen – Engfa si se porta mal por favor llámanos que nosotras la pondremos en cintura –

- Por supuesto, pero mis métodos son más efectivos, esos nunca fallan –

- Eso es cierto – confirmo su pareja.

- Que asquerosas, mejor ya vámonos –

- Espero así digas cuando tengas a Becky de la forma que deseas – el rostro de Freen se pintó de un color carmesí –

- Idiota –

Entre risas y abrazos se despidieron de ambas mujeres, abordaron el avión y sin más se fueron del país a uno completamente nuevo para ellas. No sabían cuánto tiempo estarían fuera, pero mientras las hermanas estén juntas todo les iría bien.

Pero si alguien dañaba a una de ellas conocería el infierno y eso una de ellas lo sabría de la peor manera, pues cada una era el ancla de la otra que mantenía su cordura, Freen era el ancla de Faye, Faye era el ancla Freen. Así funcionaban, pero si una no estaba para la otra dejarían salir sus demonios y eso no sería nada bueno. 

Yo soy InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora