Provincia De Chiang Mai, Tailandia.
- MALDITA SEA APURENSE QUE NO TENGO TODO EL MALDITO TIEMPO – gritaba encolerizado el director del orfanato, bueno si es que se le podía llamar orfanato.
En este lugar les enseñaban a los niños "buenos modales" para impresionar a las parejas que llegaban a adoptar un niño, los niños tenían que tener un porte recto, caminar con elegancia, tenían que saber comportarse a la hora de la comida, a no poner los brazos sobre la mesa, tener que esperar a otros si no le han llevado su comida, a sentarse en la mesa de forma correcta y no recargarse en los asientos, pero si fallabas a la hora de comportarte ante una familia no cumpliendo con las etiquetas que te enseñaban el director en persona infringía los castigos a los niños. Los castigos eran crueles, pues el niño tenía que arrodillarse encima de unas piedras, con los brazos extendidos sosteniendo libros pesados, mientras los niños estaban en esa posición el director tomaba un garrote y con eso les daba en sus espaldas, provocándoles en muchas veces que se abriera su piel, además de eso los dejaba sin comer por tres días, entre otros castigos más crueles.
Según el director todo esto era necesario, para que aprendieran y tomaran la diciplina enserio, ya que en ese lugar no cualquier tipo de personas iba a adoptar un niño, pues el orfanato contaba con gran prestigio en la educación que les daba a los niños por su comportamiento, por ello en ese lugar iban las personas de la alta alcurnia para adoptar. Muchas de las personas se mostraban gratamente sorprendidos por la educación de los niños. Sin saber que para lograr tener esas conductas tenían que pasar un infierno.
Era época de diciembre, a los niños del orfanato les habían llevado juguetes, ropa, además de alimento para el consumo de los niños, además de muchas golosinas. Los niños iban bien arreglados, con sus mejores ropas, las niñas con un vestido largo con sus abrigos a juego, al igual que los niños con sus pantalones, sacos y corbatas, porque las apariencias son importantes, siempre se los repetían. Y era cierto, pues los niños mayormente vestían con sus ropas viejas desgastadas cuando nadie les iba a visitar.
Cuando el director vio a dos niñas peleando por un juguete, él fue inmediatamente enfurecido a donde estaban las niñas, las llevó a afuera en el patio en un rincón del lugar y les comenzó a regañar, a gritar.
- Ya puedes irte niña – le dijo a una - y tú te vendrás conmigo –
La niña como podía luchaba para soltarse de él, su brazo le dolía demasiado por los jalones, sabia a donde la llevaría y lo que le haría, el miedo se apodero de su cuerpo, comenzó a llorar, gritaba que alguien la ayudara, pero las personas que trabajaban allí solo quedaban mirando a la niña y no hacían nada para ayudarla.
Llegaron a un cuarto que estaba completamente oscuro, el cuarto solo contaba con un colchón que estaba en la esquina la esquina trincada a la pared, no había ninguna ventana, solo tenía una puerta, no había baño, ni siquiera una letrina para hacer las necesidades.
Tiro de forma brusca al suelo a la pequeña, al caer la niña se quejó del dolor, el director salió den cuarto, cerrando la puerta, a los quince minutos regreso con una pequeña lampara y una vara gruesa de unos cincuenta centímetros de largo, además de una franja de tela.
Al llegar al lugar, el hombre entro, la niña al ver que regreso en su pánico y necesidad de escapar corrió en dirección a la puerta, intentando huir pero fracasando en el intento, al hombre le propino una cachetada a la niña la cual cayó al suelo, él no perdió el tiempo, en cerro la puerta con llave asegurándose que nadie pudiera interrumpir, encendió la lampara que traía dejándola en el suelo, la pequeña sabía que no había escapatoria, nuevamente abusaría de ella como tantas veces lo ha hecho, pero aun así quiso luchar.
El hombre al ver que la niña como siempre le daría batalla, tomo el pedazo de tela que llevaba con él y con ella amordazo a la pequeña para que sus gritos no fueran escuchados, de igual manera tomo la vara que llevaba y comenzó a golpearla con fuerza, siempre sentía placer de ver a los niños tan vulnerables, "los niños que se hacen los difíciles" como decía él le excitaban, la pequeña solo se protegía como podía. Cuando el director vio que la niña ya no podía por el dolor, el tiro la vara en cualquier lugar del cuarto lejos del alcance de la pequeña la cual no podía moverse, con cada movimiento por pequeño que fuera era una tortura.
Al ver que la pequeña niña de cinco años le costaba moverse, la cargo y la acostó en el colchón, él se sentó de rodillas y comenzó a desabrocharse el pantalón, primero quito su cinturón para después abrir su cierre y por último se bajó el pantalón junto con su bóxer hasta las pantorrillas, se colocó encima del cuerpo de la niña para después empezar a frotar su miembro erecto en la parte intima de la menor. Ella luchaba con todas sus fuerzas que le quedaban, lloraba y daba gritos desgarradores al sentir las manos del sujeto en su pequeño cuerpo.
El sujeto incapaz de soportar más su deseo por penetrar a la menor comenzó a masturbarse mientras el colocaba su miembro en la entrada de la pequeña, para después penetrarla sin piedad, para él la sensación que sentía era como tocar el cielo, para la pequeña era el mismo inferno.
Ella en su mente inocente siempre clama a un dios rogando que la ayudara, pero ninguna de sus plegarias fue escuchada, ella lloraba del dolor que le provocaba cada penetración. En su mente de niña había creado un mundo de fantasía para poder soportar todo el abuso físico, psicológico y sexual.
Cuando el director del orfanato llego a su tan ansiado orgasmo, el primero de ese día pues aún no se sentía satisfecho, volteo a la niña boca abajo para satisfacer sus deseos más bajos. Así que ella no pudo más y su mente viajo a ese lugar de fantasías, donde ella se imaginaba que se desasía del monstruo que jugaba y utilizaba su cuerpo a placer, de ese monstruo que llegaba en las noches.
Sintiéndose satisfecho, dejo la niña en ese lugar oscuro, encima de un colchón viejo, ensangrentada, casi inconsciente, con la garganta desgarradas por aquellos gritos no escuchados. Salió de ese cuarto en donde satisfacía sus más oscuros deseos.
¿Cómo era posible que todo esto le pasara a una pequeña de tan solo cinco años de edad?, ¿por qué nadie hacia algo?, ¿Cómo un lugar de tan alto prestigio permitiese que sucedieran estas aberraciones?, fácil, la palabra es poder, prestigio, dinero. Con todo eso contaba el director.
Lo que él no sabía es que el castigo y su final sería atroz le esperaban, el en su castigo clamaría por piedad, las cuales nunca serian escuchadas, él vivirá el mismo o peor infierno que la menor sufrió.
Todos los que permitieron que estos actos se llevaran acabos pagarían.
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Yo soy Inocente
Fiksi Penggemar- ¡NO SE LA LLEVEN ELLA ES INOCENTE! ¡DEJENLA! - Becky gritaba con desesperación. Como es posible que se lleven a su amada, una mujer que no le ha hecho daño a nadie. Todos sus vecinos gritaban a los policías que estaban cometiendo un error, que no...