AJUSTE DE CUENTAS

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Ya han pasado seis meses de que su querida hija Freen llegó a su vida, sin imaginárselo le había traído gran alegría a su vida, a la de él y su esposa, al igual que de su hija Faye, era una chica más alegre, sonreía por algo más que no fuera torturar o matar. Él entrenaba a su hija mayor para ser su sucesora en el negocio cuando él y su esposa se retirarán.

Tenía muchos enemigos como aliados, su nombre era muy conocido y temido en el mundo de la mafia, el dominaba gran parte del continente asiático y esperaba poder seguir asi.

Estaciono sus auto afueras de la fábrica "abandonada" que tenía para hacer sus negocios o algún ajuste de pagos.

- Mi señor - saludo un hombre que vestía completamente de negro - el esta adentro hace dos minutos despertó - informo a su jefe.

- Muy bien - sin más se adentró al lugar, los demás al verlo le hicieron reverencia a modo de saludo y respeto. El lugar estaba oscuro solo iluminado por unas cuantas lámparas que había en la habitación.

Fue allí cuando lo vio, atado de pies y manos a una silla, sus ojos vendados, aquel hombre solo podía guiarse por lo que escuchaba, su corazón latía rápido, el miedo se apoderaba de su cuerpo, no sabía porque estaba allí.

- ¿QUIEN ESTA ALLI? - gritó desesperado - NO SABEN CON QUIEN SE METEN -

- Claro que sé muy bien quién eres - hablo con tal desprecio y enojo - eres un bastardo que conocerá el infierno, maldito violador -

- No se dé qué me habla, yo soy inocente - su voz delataba el miedo que sentía

- ¿Ah no? ¿estás seguro? - utilizaba todas sus fuerzas para no matarlo allí mismo - quítenle la venda de sus ojos - mando a uno de sus hombres que le obedeció.

Al quitarle las vendas, la luz que le alumbro directamente a la cara lo segó, sus ojos dolían, además veía borroso, pero al pasar los segundos su vista se fue aclarando, observo el lugar donde estaba, aunque no pudo ver mucho, vio algunos hombres de negro con máscaras además de que portaban armas, poco a poco el miedo se fue adueñando de su cuerpo, hasta que vio a un hombre parado a unos tres metros de él, vio que era alto, con músculos, no lograba a distinguir quien era, pero por lo que pudo observar él era el líder.

- ¿QUIEREN DE MI, DINERO? SE LOS DOY, SOLO DIGAN EL NUMERO Y SE LO DARE - con esperanza a que lo liberasen si les daba dinero, pero no era lo que querían, y pronto él lo sabría.

- No imbécil, quédate con tu dinero lo que yo quiero es venganza por lo que le hiciste a mi hija - camino hasta donde daba la luz.

El hombre que estaba atado a la silla lo reconoció inmediatamente, era el hombre que adopto a la salvaje, a su juguete, y el terror que sentía en ese momento es indescriptible.

- ES MENTIRA TODO LO QUE TE DIJO ESA NIÑA ES MENTIRA - el terror se mostraba en su voz - ELLA ME PROVOCO, SOY INOCENTE, ELLA ME PROVOCO.

Él sin poder aguantarlo más, comenzó a golpear el rostro del hombre con todo el enojo y odio que sentía en ese momento, lo golpeaba sin piedad.

- MALDITO, VIOLASTE A MI HIJA, LA GOLPEASTE A TU PLACER POR AÑOS - por cada palabra que decía era un golpe, ningún de sus hombres intervino. Cuando se cansó dejo de golpearlo, el rostro del director del orfanato estaba toda ensangrentada, se acercó a él y lo tomo de sus cabellos y le hablo al oído - si dañas a una de mis hijas, el infierno conocerás, pues bien, así lo has querido - lo soltó no sin antes darle una patada en sus testículos.

- Lávenle la cara y cámbienlo de ropa - ordeno a sus hombres - Jared - llamo a uno de sus hombres

- Si señor -

Yo soy InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora