Durante toda la semana la casa era un ajetreo, los trabajadores acomodaban las mesas adornándolas con manteles blancos al igual que las sillas las cuales iban adornadas con un lazo color azul, los adornos en las columnas estratégicamente colocadas para embellecerlas, las letras de las iniciales de la pareja estaban en grande en la pared de la sala de convivio.
Afueras en el jardín había sillas para los invitados tanto a la izquierda y a la derecha, en el espacio que separaba las filas de las sillas, se encontraba destendido una alfombra de rojo, al final de dicha alfombra estaba un escenario adornado con un arco de flores blancas y rosas. Todo estaba hermoso, con tan solo ver los adornos y todos los arreglos, se podía ver que no habían escatimado en gastos.
Dentro de una de las habitaciones de la mansión se encontraba una joven con su vestido blanco, las personas que estaban con ella daban los últimos retoques para que saliera y dirigiera al altar para dar el "si".
Durante mucho tiempo esta joven creyó que el "si" se lo diría a otra persona, pensó que se casaría con otra persona a la que amo, pero que desafortunadamente para ella la habían olvidado. Habían pasado más de diez años. Trato de esperar todo ese tiempo por su amada, pero con el pasar de los años alguien más se ganó su corazón. En sus estudios en la universidad, conoció a una chica que con el tiempo se hicieron mejores amigas, con la convivencia que tenían llego a desarrollar sentimientos por esta persona.
Al igual que la anterior no se declaró por miedo a que sus sentimientos no sean correspondidos, pero en una noche, en una salida de amigas, las copas de alcohol hicieron lo suyo, no pudo controlar más sus impulso y beso a su amiga, al principio su acompañante se mostró sorprendida, pero no tardo en corresponder el beso, el cual fue subiendo de tono, esa noche ambas se entregaron a sus deseos.
Después de esa noche, ambas aclararon las cosas para comenzar a salir, hasta que fue Irin, su mejor amiga, que le pidió que fuera su novia, ella acepto con gran alegría. Ahora después de un año y medio de noviazgo decidieron unir sus vidas en un acto simbólico para su unión.
Durante el tiempo que llevaban juntas, se sintió la novia más afortunada y feliz con su relación, pues Irin es una persona atenta con ella, siempre cuidándola, procurando su bienestar con ella, además los detalles que tenía con ella la enamoraban cada vez más, pero había un pequeño problema, en sus sueños siempre aparecía su ángel.
- Todo está listo abajo, los invitaos ya han llegado –
- Esta bien, dentro de poco saldrá –
- Bien querida, estas lista – su amiga y estilista dio los últimos retoques – te ves hermosísima, todo saldrá bien –
- Gracias Yoko, no sé qué haría sin ti –
- No me agradezcas, al contrario, ha sido un placer ayudarte contado esto – se dirigió a la salida – me tengo que ir, dentro de poco tu padre te vendrá a buscar –
- Esta bien y de nuevo gracias –
Yoko asintió con su cabeza a manera de despedida, se dirigió a la parte de afuera, en donde estaban los demás invitados, se sentó a lado de la chica con la que había ido al evento.
- ¿Cómo esta ella? – pregunto su acompañante
- Esta muy nerviosa – soltó una risilla – se ve hermosa sabes, parece un verdadero ángel –
- Lo es, ella es un verdadero ángel – con su mano acomodo de mejor manera sus lentes negros – la chica con la que se casara tiene mucha suerte –
- Me sorprende que no quisieras hacer algo –
- ¿Hacer algo? – miro a Yoko con duda - ¿Cómo que podría hacer? –
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Yo soy Inocente
Fiksi Penggemar- ¡NO SE LA LLEVEN ELLA ES INOCENTE! ¡DEJENLA! - Becky gritaba con desesperación. Como es posible que se lleven a su amada, una mujer que no le ha hecho daño a nadie. Todos sus vecinos gritaban a los policías que estaban cometiendo un error, que no...