Era un verdadero infierno lo que estaba viviendo, nunca en su vida pensó pisar la prisión, no soportaba su vida allí, la comida era asquerosa para ella, no tenía privacidad, los baños no estaban del todo limpios, los golpes que recibía del diario la dejaban sin fuerzas, su esposa la visitaba de vez en cuando. Por lo menos ella aún seguía con ella.
Estaba realmente cansada. Ya no podía más y eso que su sufrimiento apenas iniciaba en esa prisión, tenía que pasar encerrada cuatro décadas entre cuatro paredes. Muchas de las mujeres que estaban allí sabían el motivo por el cual había sido arrestada y condenada.
- Tiene una visita – informo el guardia – vamos -
Irin solamente obedeció, se levantó de su lugar para que la guiaran a una pequeña habitación que contaba con una mesa y una silla a los diferentes lados. El cuarto de visita era custodiado por cuatro personas, dos guardias en la entrada y otros dos dentro de la sala para evitar cualquier incidente.
- Entre – indico el de seguridad
Cuando entro se extrañó de no ver a los dos guardias que habitualmente estaban adentro, la sala estaba vacía, estaba sola, la puerta se abrió y por ella entro su visitante. Su corazón comenzó a latir rápido por el miedo que sintió en sus venas correr. La mirada sin emoción con rostro inexpresivo de la mujer le aterro.
Y como no, si era la mismísima Narissa Chankimha de Malisorn que estaba frente a ella, la madre de Freen. Traía un sobre color amarillo entre sus manos.
- No te asustes pequeña no te hare nada – una sonrisa ladina apareció en los labios de la mujer – toma asiento –
- ¿Qué desea de mí? – sin querer su voz salió temblorosa
- Solo quería saber cómo te encuentras – encogió sus hombros al hablar – ya sabes al ser una celebridad te deben tratar cómo una reina –
- Estoy bien señora – mintió descaradamente
- Hare como que te creo – abrió el sobre que traía entre sus manos, saco unos papeles que tendría dentro y se los dio a Irin – solo vengo para entregarte esto, ya que mi querida nuera no deseaba verte tuve que hacer el sacrificio – Narissa le divertía como las expresiones de Irin pasaba de la confusión al asombro y miedo
- No es posible – susurro para ella misma, pero la mujer que tenía enfrente la escucho - ¡no es cierto! –
- ¿Qué esperabas querida? – le pregunto con desdén - ¿acaso esperabas que todo el tiempo estuviera contigo, sola allá afuera por cuarenta y cinco años? O ¿pensabas que te esperaría por toda la vida? – se burló – no seas ingenua corazón así que no hagas tanto drama y solo firma los papeles – le mostro el bolígrafo que llevaba
- No lo firmare, ella nunca me dejaría – se negaba a creerlo - ¡ella me ama! – con aburrimiento rodo sus ojos poniéndolo en blanco.
- Por dios niña, no seas testaruda y solo firma el divorcio – le desesperaba lidias con la chica – te recomiendo que lo hagas ahorita de forma pacífica –
- Y yo le vuelvo a decir que no lo hare, Becky nunca me dejaría – dijo muy segura – ella me ama –
- Corazón ella nunca te amo, la única persona que ella ama es a mi hija, mi pequeña es la dueña del corazón de Becky siempre ha sido así –
- Miente señora – por alguna razón algo dentro de sí le decía que la mujer le decía la verdad
- Por supuesto que no, nunca mentiría con algo así – dijo esta vez – ellas siempre se han amado, así que lo volveré a repetir firma el divorcio por las buenas o será por las malas y créeme no te gustara la segunda opción –
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Yo soy Inocente
Fanfic- ¡NO SE LA LLEVEN ELLA ES INOCENTE! ¡DEJENLA! - Becky gritaba con desesperación. Como es posible que se lleven a su amada, una mujer que no le ha hecho daño a nadie. Todos sus vecinos gritaban a los policías que estaban cometiendo un error, que no...