Necesito un gánster
I need a gangsta
Una noche más se encontraba trabajando como mesero en aquel bar. Sin embargo en esa ocasión había algo que le llamaba la atención.
O mejor bien dicho, alguien.
Y es que, desde el primer instante que aquellos filosos ojos se fijaron sobre sí, una sensación rara recorrió todo su cuerpo.
Aquel hombre tenía el cabello azabache y unos ojos muy oscuros, aquellos que eran tan afilados que parecían atravesarte una vez que se posaban en ti. Su cuerpo estaba estructurado de una forma impresionante, pues estaba rodeado de músculos.
Y era más que obvio que era un gánster.
¿Desde cuando se calentaba por el tipo de personas que decía odiar?
Para que me ame mejor
To love me better
Tras su primer encuentro en aquella noche, aquel chico, -llamado Joo Jaekyung-, lo había vuelto a visitar constantemente en el bar.
Y aún por más que intentará alejarlo, Jaekyung era tan persistente que no tenía de otra más que oír sus constantes anécdotas y chistes, los cuales, -aun si no lo admitía en voz alta- le parecían sumamente divertidos y entretenidos.
- ¿Cuando me darás una oportunidad?- pregunto recargandose en la mesa que limpiaba.
- ¿Debería de darte una?- respondió sarcásticamente.
Jaekyung soltó una carcajada sonora ante su comentario, pues bien sabía que odiaba cuando le respondía sarcásticamente.
- Me gustaría decirte que por mis constantes visitas y mi suma atención es lo que merezco.- exclamó siguiéndolo para seguir hablando.- Sin embargo eso solo lo dicen los hijos de putas que intentan manipular a la gente.
- ¿Entonces me estas diciendo que no eres una persona mala?
- Oh, claro que lo soy.- respondió con orgullo.- Soy un maldito hijo de puta, pero no lo suficiente para querer chantajearte con mis acciones cuando son las mínimas si quiero salir contigo.
Más que los otros
Than all the others do
¿No chantajear a la gente? ¿Acaso había dicho eso? ¿Estaba alucinando?
Sabía bien como era la gente de su tipo, alegando ser los mejores y creyéndose superiores a todos los demás. Y Jaekyung no era diferente, pues le había demostrado que su actitud arrogante y clasista era la típica de las de su bando.
No obstante con él era diferente, como si quisiera llamar su atención.
Claro, no quitaba que fuera astuto y tuviera momentos donde su sarcasmo saliera a relucir, sin embargo a la vez una pequeña pizca de amabilidad salía a la luz dejando que únicamente él la pudiera observar.
- Si tanto crees merecerla, entonces tendrás únicamente una oportunidad.- exclamó volviendo a caminar.-
- Entonces... ¿Eso significa que si tendremos una cita?
- Sí, pero debes de planearla bien, si no es de mi agrado no cuentes con volverme a ver.
Al instante unos fuertes brazos lo rodearon, recargando su cuerpo en el suyo.