Que pena- J Balvin y Maluma

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(Para entender mejor leer borro cassette de Maluma)

Maluma, baby
J Balvin
Colombia, esto es pa' ustedes
Ella está solita y yo ando solo
Ella dice que sabe quién soy, pero no la conozco









Desde aquella fiesta de bienvenida, —la cual había acabado en una noche demasiado intensa—, la relación con su jefe se había vuelto un tanto... Extraña.

Y con extraña se refería a los diversos intentos de coquetería que recibía de parte de su superior, quien parecía aferrado a la idea de llegar a un tipo de acuerdo con él.

Cada día recibía un montón de comentarios de aquel tipo, en los cuales siempre se terminaba tocando el tema de sus dos noches, cosa que lo avergonzaba.

Bien, en la primera podía decir sin preocupaciones que no sabía con quién se metía, pues era una noche pasajera en el bar. Sin embargo, en la segunda noche todo cambiaba, pues aún si estaban borrachos ambos sabían con quiénes se estaban involucrando.

Por lo que su única excusa era decir que no estaba en sus cinco sentidos.





Hoy se puso bonita pa' que yo la viera
Y me dice que si la recuerdo, hacemo' lo que quiera, yeah








— No debes de seguir fingiendo ¿Sabes?— habló su jefe mientras se quitaba la camisa.

Alzó una de sus cejas en forma de confusión, teniendo una idea de lo que vendría a continuación.

— Llevas un mes entero diciendo que no te acuerdas de nada.— prosiguió.— ¡Tienes que dejar de fingir! Eres pésimo.

Trago en seco mientras acomodaba los frascos en la barra, disimulando sus nervios.

Definitivamente lo suyo no era mentir.

Si dejarás de actuar podríamos llegar a hacer muchas cosas agradables.— insinuó con doble sentido.

Rodó los ojos harto, sintiendo que, —aun si no quería—, sus mejillas se sonrojaban.














Acércate, acércate un poco más
Que así de lejos no logramos na'
Si te pegas, puedes ayudar a que yo te recuerde
Acércate, acércate un poco más
Que así de lejos no logramos na'
Si te pegas, puedes ayudar a que yo te recuerde











Se acercó al azabache dispuesto a únicamente darle su masaje post-entrenamiento, cosa que se vió imposible pues aquellos brazos intrusos rodearon su cintura, atrayendolo hasta rozar el cuerpo contrario.

— ¿Sabes? Nos podríamos ahorrar muchas cosas si no fueras alguien demasiado necio con las mentiras.— susurro demasiado cerca de su boca.

Se estremeció en ese mismo instante, posando sus manos en el pecho desnudo para intentar empujar y soltarse, cosa que tuvo el efecto contrario al sentir que lo retenía más fuerte.

— No intentes alejarte, sabes que te gusta estar así de cerca mío.

Maldijo por lo bajo mientras sentía que lo pegaba más, reprochando a su mente por aceptar que aquellas palabras no eran ninguna mentira.











Yeah, yeah, yeah, yeah-ey
Qué pena
Tu nombre no, pero tu cara me suena
Salgamos ya de este dilema

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