Yo sé que fue por mí que acabó esta historia
Lo recordaba con mucho cariño.
Se conocieron en un verano de su infancia, dónde ambos se encontraban explorando los alrededores. Aparentemente ambos eran nuevos en el vecindario, cosa que los hizo conectar al instante.
Cada día tras desayunar se encontraban en una casa abandonada, la cual habían convertido en su refugio.
Platicaban, jugaban, exploraban y hacían un sin fin de cosas, siempre contando con la compañía del otro. Además, ambos iban a la misma escuela, cosa que los hizo más cercanos.
Y esa cercanía nunca les había molestado, pues la consideraban normal. O así era hasta que ambos entraron a la secundaria.
Palabras crueles, insultos voraces, 'bromas' pesadas, todo debido a aquella cercanía, cosa que poco a poco los hizo separarse.
Jaekyung era alguien que sobresalía en la sociedad, en cambio él, -a palabras de los otros chicos-, era un bicho raro en esta, por ende encontraban extraña su relación. Pero, aún con todos los insultos, Jaekyung nunca se vio afectado con esto.
Pero no se podría decir lo mismo de él.
Suspiro pesadamente, pues perder una amistad de siete años por el que dirán le era devastador. Claro, él no deseaba eso, pero el hecho de ver como todos los días Jaekyung era molestado, más aparte sabiendo que se metía en problemas por intentar defenderlo, le eran motivos suficientes para tomar aquella decisión.
Ambos tenían 14 años, cosa que los convertía en personas conscientes de lo que hacían. Y si, sabía lo que estaba haciendo, pues entendía que Jaekyung era consciente de las constantes peleas en la que se metía, sin embargo estás eran provocadas por sus impulsos.
Y esos impulsos eran provocados por su instinto protector, el cuál era activado a causa suya.
Suspiro hondamente al verlo llegar, sintiendo una opresión en su pecho al ver la radiante sonrisa que le brindaba el azabache.
Le estaba haciendo un favor a final de cuentas, aún si eso los terminaría afectando un poco. Aunque, al final de cuentas, él era tan remplazable que Jaekyung lo olvidaría en un par de meses.
¿Verdad?
Y queda en manos de mi memoria
- ¿Que cosas dices?- pregunto el azabache con una expresión perpleja.
Apretó los labios conteniendo las lágrimas, pues cada palabra que él mismo decía le destrozaba el corazón.
- No podemos seguir siendo amigos- repitió.
- ¿¡Por qué!?- el grito que soltó Jaekyung hizo que se estremeciera, pues en su voz se expresaba el dolor que sentía.
- Es lo mejor para ti- dijo cabizbajo, sin tener valor alguno de observarlo.
- ¿¡Y quién carajos dice eso!?- exclamaba con aquella voz rota que tanto le dolia.- ¿Dejarás que te afecte lo que dicen los demás?
- Jaekyung...
- Déjame decirte que no me importa, eres mi mejor amigo desde pequeño y no estoy dispuesto a dejarte ir.
Lágrimas corrieron por sus ojos, sintiendo como el latido de su corazón se aceleraba.
- Jaekyung, esta farsa que llamamos amistad se tiene que desmontar en cualquier momento.- susurro mientras que sentía el llanto intensificarse.- Verás que en unos meses ni siquiera me recordarás.