EPÍLOGO

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DESPIERTO CON LOS PRIMEROS rayos del sol acariciando mi rostro, filtrándose a través de las cortinas. A mi lado, Jin duerme con una respiración suave y rítmica. Su cabello desordenado y su respiración tranquila me hacen sonreír. Me quedo un momento así, contemplándolo, sintiendo una ola de ternura que casi me asusta su intensidad. Aunque, para ser franco, no es el único sentimiento que me provoca.

Jin comienza a despertar, sus ojos se abren poco a poco y se encuentran con los míos. Durante un segundo, el mundo entero desaparece, y sólo existimos nosotros dos en este espacio íntimo y perfecto.

—Buenos días —dice con la voz grave, soñolienta, lo que causa que me acerque para pegar nuestras frentes. Puedo sentir su tibia piel, su respiración mezclándose con la mía, y no puedo evitar el calor que comienza a subir por mi cuerpo, aquel que aviva una pasión posesiva y desbordada.

En ese instante, todo es tan claro y sencillo. No hay dudas, sólo este momento perfecto. Mis labios buscan los suyos con cariño, y Jin cierra sus ojos nuevamente para recibirlos. El primer contacto es ligero, apenas un roce, pero suficiente para enviar una chispa de electricidad por todo mi cuerpo.

El beso se profundiza lentamente, lleno de amor y promesas no dichas. Puedo sentir su entrega en cada movimiento, en la suavidad de sus labios, en la forma en que sus manos se deslizan por mi rostro y se encaminan por detrás de mi cuello. Es como si estuviéramos descubriendo el amor por primera vez.

Nos separamos, pero mantenemos nuestras frentes unidas, respirando juntos, compartiendo este momento de paz. Entonces, antes de que pueda dar otra probada de esa provocativa y rosada boca, Jin sonríe, adivinando lo que quiero.

—¿Quieres que lo hagamos ahora? Ya sabes, hoy no tenemos nada por hacer. Quiero comenzar mi día sintiéndote, Gi.

Un trago grueso recorre mi garganta, y mis nervios empiezan a aflorar.

Un par de noches atrás, Jin y yo habíamos estado hablando sobre tener intimidad. Con nuestros días llenos de obligaciones, hacer un hueco para nosotros resultaba casi imposible. Sin embargo, ahora que las cosas se han calmado, y que Jin ha podido delegar las tareas a miembros de Reserva, finalmente decidimos que tendríamos un día para pasarlo juntos.

También conversamos sobre reforzar nuestro vínculo.

El hilo que nos une es un ancla. Este nos permite comunicarnos, sentirnos incluso en la distancia. Me ata a Jin para mantener mi naturaleza caótica estable, y hace que Jin pueda sentir que le pertenezco. Pero Jin, quien ha podido ver nuestros hilos espirituales, me ha dicho que no está del todo completa, como si el ancla en realidad necesitara enraizarse, y no entiende muy bien la razón por la cual se ha formado de esta manera.

En mi pensar, creo que nuestro hilo no sólo es un ancla, sino también un vínculo de unión. Planteándoselo a Jin, comentó que era imposible, pero sé que una parte de él igual lo cree así. Por ese motivo, le he propuesto nuevamente que me muerda.

Con mi magia siendo tan poderosa, y teniendo el conocimiento de que no me pasará nada, le he dicho a Jin que es hora de que me marque, tal como siempre había querido, para reforzar nuestro hilo.

"No me pasará lo que a Donggun", le comenté la noche anterior sólo para calmar su preocupación. "No es luna llena, y mi sangre es bastante fuerte para resistirlo". Luego de analizarlo, convencí a Jin de que lo intentáramos. Aunque, para ser verdaderamente sincero, no me importa cuál sea el resultado, pues desde siempre había querido esto, incluso si tenía que renunciar a mi humanidad para lograrlo. Si me convierto en un licántropo, no es que pierda demasiado. Aún estoy tratando de acostumbrarme a mi nueva condición de mago, pero no es como si no estuviera dispuesto a renunciar a esta por él.

WOLF SONG 》JINSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora