Capítulo 16

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SECRETOS


NAMBU ENTRÓ EN LA SALA de espera mientras los médicos llevaban a Yoongi dentro para hacerle algunas pruebas y radiografías. Jimin había curado la mayoría de sus heridas externas, pero las fracturas internas eran más difíciles de sanar; sólo esperaban que Yoongi no tuviese nada grave como un colapso pulmonar que lo hiciera exponerse a cirugías.

Nambu tomó asiento junto a Jimin y lo observó por breves minutos; el chico estaba un tanto pálido y decaído, y sus ojos pensativos se habían fijado en algún punto del brilloso mosaico. Nambu podía asegurar que su propio aspecto no estaba mucho mejor. Sus lastimadas y moretones estaban sanando bien, ya que como lobos ellos tenían la capacidad de curarse poco a poco, pero el hueco en su corazón insistía en doler, y las punzadas que llegaron a picarle los ojos ahora amenazaban con hacerla llorar.

Buscando consuelo en la distracción, ella rompió el silencio preguntando: —Jimin, ¿estás bien?

Jimin miró a Nambu tan pronto su voz hizo eco, y él asintió despacio.

—¿Seguro que no necesitas una revisión médica?

—Estaré bien —dijo, pero al notar la tristeza en los ojos de Nambu, añadió—: ¿Tú estarás bien?

—Claro —ella respondió, tratando de verse mejor de lo que se encontraba—. Nosotros los lobos nos curamos solos. No te preocupes.

—No estaba hablando de tus heridas externas —dijo Jimin, y Nambu se sorprendió por lo intuitivo que él podía ser, incluso en momentos difíciles como estos—. Hablo de lo que sientes aquí —y Jimin se señaló el pecho a sí mismo.

—¿C-cómo?

—¿Te olvidas que soy un mago y que puedo ver el aura de las personas? De todos modos, no necesito serlo para saber a ciencia cierta que no estás bien, Nambu.

Suspirando, Nambu decidió que era mejor ser sincera con Jimin. Él se lo merecía, después de todo.

—No Jimin —ella negó, y una lágrima corrió por su rostro. Jimin alzó su mano y con el pulgar retiró la gota, limpiando su mejilla con el dorso de su mano—. No estoy bien. ¿Sabes?, por más que sienta que debo odiarte, no puedo.

Jimin sonrió ante aquella confesión y se encogió de hombros.

—Qué puedo decirte. Soy demasiado irresistible.

Contagiada por aquella pequeña sonrisa, Nambu asintió.

—¿Puedo confiarte un secreto?

Jimin la miró detenidamente, como si estuviera intentando averiguar el porqué ella quería decirle algo como eso. Pero Nambu no desvió por ningún momento sus ojos, y Jimin tomó su mano, transmitiendo una calidez que la hacía sentir paz, y que confirmaba que ella podía decir lo que fuera, que podía confiar en él para todo.

Sin necesitar palabras, Nambu prosiguió: —Estoy tan triste.

—Lo entiendo. Todos lo estamos —respondió Jimin—. Hoy hemos pasado por mucho.

—Pensarás que soy una egoísta sin sentimientos, pero no estoy triste por Yoongi. Sé que él estará bien, de alguna manera lo siento. Yoongi está rodeado de gente que lo apoya y que lo quiere, y que están dispuestos a darlo todo por él. Es algo más lo que me tiene pensando.

—¿Joohyuk? —inquirió Jimin, y Nambu, con todo el pesar del mundo, asintió.

—Sí. Seguramente te estarás preguntando qué clase de relación tengo con Joohyuk como para que él haya actuado de esa forma. Para que me importe más que cualquier otra persona.

WOLF SONG 》JINSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora